En 1934, el cine americano se despediría de la libertad de sus primeros años (cuyas películas ahora son conocidas como "pre-código") para implantar el llamado "Código Hays", con Will H. Hays al mando, que básicamente prohibía todo lo que se saliera de sus estándares. Las películas no podían mostrar blasfemias (ni, por supuesto, pronunciarlas), higiene sexual, uso de drogas, perversiones sexuales o incluso nacimientos. Hacer cine se convirtió en tarea de riesgo y las películas de aquella época son tan candorosas que a día de hoy puede hacerse difícil verlas. Sin embargo, poco a poco, cineastas como Alfred Hitchcock apretaron para que el código cayera de una vez por todas, algo que ocurrió, por fin, en 1968.
Hays, qué pena me da
Y con el código fuera de circulación y la libertad llegando a las pantallas, Estados Unidos necesitaba un nuevo sistema de calificación por edades para regir las películas. La MPAA (ahora MPA) llegó con un sistema que probablemente os suene: G (para todo el mundo), PG (para todo el mundo, pero con algunas escenas que pueden no ser para niños), PG-13 (recomendada a mayores de 13 años), R (prohibida a menores de 17 años que no vayan acompañados) y X (prohibida a menores de 17 años). Y aquí está el problema.
Estados Unidos es un país muy mojigato, y no pueden aguantar, aún ahora, supuestas referencias al sexo en sus películas. Así que es posible que por un simple "fuck" te cuelen la calificación "R" y reduzcan notablemente la taquila. Por eso, Marvel llevaba años evitando soltar su primera palabrota (aunque después se resarcieron de lo lindo en Deadpool y Lobezno), obligándose a sí misma a usar fórmulas como "frickin'" o "damn". Sin embargo, James Gunn se saltó todas las normas en su última película para la empresa, Guardianes de la Galaxia 3.
Llenó titulares alrededor del mundo, pero lo cierto es que la frase era de lo más inocente ("Get in the fucking car"). Si se salieron con la suya fue porque, si en tu película usas la palabra "Fuck" pero no con una intención sexual, puede que te salgas con la tuya y consigas pese a todo una calificación PG-13. Fue lo que le pasó a Marvel, porque a veces vale la pena jugársela. ¡Ah! En España nos ha dado todo igual desde el principio y llevamos usando "Joder" casi desde Iron Man sin que ningún niño se traumatizara. Como debe ser.