Lo nuevo de Pixar nació, como muchas películas, con una pregunta. ¿Qué pasaría si un niño es abducido por los alienígenas y le confunden con el líder de la Tierra? Esa fue la génesis de Elio, el nuevo filme del estudio de animación que llega a los cines españoles el 9 de julio.
La pregunta, tal y como recuerda la productora Mary Alice Drumm en SensaCine, se la hizo el director Adrian Molina. Aunque él comenzó a desarrollar Elio, tuvo que abandonar el proyecto. Otro niño se cruzó por segunda vez en su camino. Pixar dio luz verde a Coco 2 y el cineasta volvió al mundo de los muertos tras codirigir junto a Lee Unkrich la oscarizada Coco (2017). Pero, como con toda buena idea, otros puntos de vista pueden expandirla y darle otra perspectiva. Domee Shi, que dirigió Red (2022), se convirtió en la sustituta de Molina y ella le dio su propio toque a la pregunta original: ¿Y si ese niño de 11 años siempre había querido que los alienígenas le abdujeran?
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Elio, codirigida por Shi y Madeline Sharafian, es el nombre de un joven que, tras la muerte de sus padres, se va a vivir con su tía Olga a la base militar en la que ella trabaja. Allí siente que no encaja y que su última esperanza de dejar de ser el bicho raro es que se le lleven los extraterrestres. Cuando ocurre, Elio se convierte en uno más del Comuniverso, un paraíso interplanetario donde viven formas de vida inteligente de diferentes galaxias. Allí se hace pasar por el líder de la Tierra, pero su mentira pronto será descubierta.
Crecí en Canadá en los años 90 y principios de los 2000 siendo hija de inmigrantes y nadie veía animación, nadie entendía las referencias que me gustaban
Como todos los proyectos de Pixar, Elio habla de muchas más cosas que las que describe su sinopsis. Esta es una historia sobre la soledad, la de un niño que desea encontrar un grupo al que formar parte.
"Mady y yo conectamos mucho con el personaje de Elio", dice Shi "Infundimos en él mucha de nuestra propia soledad de cuando éramos niñas, lo de sentirnos como la chica rara en nuestra ciudad de origen, esperando y soñando con un lugar al que pertenecer", reconoce la cineasta. Para Elio, todo cambia cuando llega al Comuniverso. En la vida de las dos directoras, eso fue la escuela de animación. "Esa fue nuestra abducción", bromea Shi. "Fue sentir que, finalmente, habíamos encontrado a nuestra gente".
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Inspirándose en sus propias historias, Shi y Sharafian insuflaron vida a Elio. "Es duro cuando tienes que echar la vista atrás al hacer estas películas y recordar esas sensaciones desagradables", añade Sharafian. Sentirse incomprendidas, por ejemplo, lo convirtieron en un idioma que inventa el protagonista.
"Crecí en Canadá en los años 90 y principios de los 2000 siendo hija de inmigrantes y nadie veía animación, nadie entendía las referencias que me gustaban", recuerda Shi. "Mi primer amigo en la escuela de animación, que sigue siéndolo en la actualidad, nos unimos a través de la animación. Ese era el sentimiento que queríamos conseguir con Elio cuando conoce por primera vez a Glordon".
Es duro cuando tienes que echar la vista atrás al hacer estas películas y recordar esas sensaciones desagradables
Elio conecta con los alienígenas del Comuniverso, pero su aventura le lleva a descubrir un extraño ser llamado Glordon con el que hace muy buenas migas. "Verle bajar la guardia y hacer una conexión real con Glordon es muy satisfactorio. Me hubiese gustado tener eso", dice Sharafian.
Un toque de terror
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Además de la parte más emotiva de Elio, Shi y Sharafian también han introduciendo algunas referencias de las cosas que les gustan. Cuando Elio se une al Comuniverso, para evitar que su tía le eche en falta en la Tierra, envían un clon. Olga, sin embargo, sospecha desde el principio que ese no es su sobrino. Todas las escenas con el clon parecen sacadas de una película de terror.
"Mady y yo somos muy fans de la ciencia ficción de terror y el clon siempre ha estado ahí desde el principio de la concepción de esta película, pero tuvimos la divertida idea de: ¿y si cada vez que vemos a Olga y el clon en la Tierra lo tratamos como si estuviéramos viéndolo desde el punto de pista de Olga, como si algo raro estuviera ocurriendo y se diera cuenta, poco a poco, de que este Elio no es su Elio y lo divertido que sería verla descubriéndolo?", explica Shi.
Hay un fino equilibrio entre el susto y la diversión, como una montaña rusa
Las directoras se inspiraron entonces en La cosa (1982) de John Carpenter y Alien, el octavo pasajero (1979) de Ridley Scott.
"Siempre me ha gustado asustarme un poco", reconoce Shi. "Creo que hay un fino equilibrio entre el susto y la diversión, como una montaña rusa, como una emoción, y fue algo que ocurrió de forma muy fácil a medida que íbamos construyendo estas secuencias".
La soledad infantil
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El público de las películas de Pixar está formado por niños y adultos, pero cuando sabes que los más jóvenes pueden sentirse identificados con los mismos sentimientos de soledad que Elio, hay que tener cuidado con cómo se cuenta la historia.
"Nos tomamos la documentación muy en serio", recalca Sharafian. "Cuando supimos que íbamos a hablar de soledad y la soledad de un niño, un niño que ha experimentado cierto trauma, hablamos con psicológicos infantiles y un cirujano general, el doctor Vivek Murthy, que ha ido de gira por el país [Estados Unidos] hablando de la epidemia de la soledad en gente joven".
Cuando supimos que íbamos a hablar de soledad y la soledad de un niño, un niño que ha experimentado cierto trauma, hablamos con psicológicos infantiles
"Lo que aprendimos de los expertos es que hay una lista de cosas que un niño, o cualquiera, puede hacer para dar el primer paso de salir de esa soledad", continúa la directora. "Intentamos poner por capas esas cosas en la película. Elio está ejemplificando todas esas cosas, todos esos pasos que un niño puede hacer para cambiar su vida. Algunos son, por ejemplo, ayudar a otra persona y abrirte sobre tus sentimientos y no dejar que se enquisten o que sean un secreto del que avergonzarse. Nos aseguramos de que llevábamos a Elio por ese camino de cambio".
Sharafian cree que un filme como Elio puede ayudar a los más pequeños. "Algo increíble de las películas, y que las películas de Pixar han hecho en el pasado, es que pueden cambiar la forma en la que los niños identifican sus propios sentimientos y cómo hablan de ellos de forma que pueden ayudarlos a mejorar sus vidas".