"Tendrías que pagarme mucho dinero para volver a trabajar con Jim". Kate Winslet lo dejó claro en 1997, solo unos meses después de rodar Titanic: trabajar con James Cameron no siempre había sido fácil, puesto que el cineasta tenía demasiado temperamento. Sin embargo, 25 años más tarde, volvería a hacerlo. Actriz y director no solo se reunieron de nuevo en un set de rodaje para grabar Avatar: El sentido del agua, sino que la apropia actriz se apresuró en desmentir los rumores que habían circulado durante ambos sobre su supuesta mala relación.
"Hay una parte de mí que se siente casi triste, porque esas especulaciones y estupideces sobre Titanic en su momento eclipsaron la verdadera relación que tengo con él. Él sabe que estoy dispuesta a todo. ¿Cualquier desafío, cualquier dirección que me des? Lo intentaré, reveló en una entrevista a Variety.
Sin embargo, Kate Winslet no ha sido la única en trabajar a las órdenes de James Cameron que ha abordado de frente el hecho de que el director sea una persona seria en el set. No hace muchas concesiones y, si tiene que poner firmes a sus actores o resto de trabajadores, no duda en hacerlo en pos de conseguir el mejor resultado.
Durante el rodaje de la primera entrega de Avatar, el protagonista Sam Worthington reveló que James Cameron les dejó muy claro a todos los allí presentes que no quería oír un ruido fuera de lugar. De hecho, según contó el actor en 2010 a Entertainment Weeekly, justo después de estrenarse la película, Cameron amenazaba con clavar los teléfonos móviles a la pared con una pistola de clavos si los oía sonar:
Si sonaba un teléfono móvil, [Cameron] lo clavaba a la pared con una pistola de clavos. Lo hacía encima de la salida, para que siempre te acordaras al salir
Años después de las declaraciones de Worthington, coincidiendo con el estreno de la segunda parte de Avatar 13 años después, Cameron abordó los rumores:
"¿Clavaría un teléfono móvil a la pared con una pistola de clavos? Por supuesto, si sonara en medio de una toma. Pero eso no significa que me enfurezca emocionalmente. Lo haría de una manera teatral y calculada", explicó. "Pero cuando la historia se cuenta más tarde, suena como alguien que siempre está en la cuerda floja. Esa es la belleza de mi reputación. Ya no tengo que gritar porque ya se sabe".
"En realidad, solo amenazo con clavar los objetos con una pistola", advirtió antes de hacer una confesión: "Una vez clavé 20 teléfonos móviles a la pared con una pistola en el programa de Jay Leno, pero juro que era la primera vez que lo hacía".