Aunque ahora es una de las franquicias más potentes de la historia de Disney, en su día nadie confiaba en el éxito de La Sirenita. Primero, Jeffrey Katzenberg quiso parar el proyecto porque su argumento se parecía al de una secuela propuesta de 1, 2, 3... Splash (que, fuera cual fuera, no se acabó pareciendo nada a Splash, otra vez). Después, a medida que fue avanzando, su estilo le hizo creer al magnate que iba a ganar menos dinero porque iba a gustar solo a las niñas. Se equivocó, claro, y sus 235 millones de dólares en taquilla marcaron la resurrección de Disney.
¡Ariel, no mires al palacio!
Pero claro, con el éxito vienen las polémicas. En concreto, hubo dos supuestos innuendos sexuales que mancharon la producción para siempre. El primero es durante la boda del Príncipe Eric con Úrsula, donde un espectador creyó ver en el cura una gran erección: si ves la película a cámara lenta, efectivamente, parece que algo sale de entre sus piernas, pero en el juicio posterior (porque sí, llegó a haber un juicio promovido por un espectador ofendido) se vio claro que lo que sale de entre sus piernas era... la rodilla.
La misma mente sucia hay que tener para ver, en la portada del VHS, un gran pene entre las torres del edificio del Rey Tritón. Sin embargo, alguien puso el grito en el cielo y Disney paró de fabricar esta portada, retocándola antes de lanzar las siguientes unidades a las tiendas. No es tan extraño de encontrar en Estados Unidos, eso sí: si de casualidad te encuentras con una portada así no pagues un dineral por ella.
Disney
Mucho se ha hablado sobre el diseño: que si era obra de un trabajador descontento, que si era una broma de los animadores, que si... Lo único cierto es que fue una equivocación como otra cualquiera, pero claro, ¡a ver quién se resiste a una buena teoría de la conspiración!