Antonio y Estrella se juegan la vida casi cada día. Viven con un pie en la tierra y otro en el agua. Un reloj de muñeca marcó sus destinos cuando no eran más que unos niños. Su padre, un buzo profesional, les crio para competir y entender las profundidades del mar. Antonio y Estrella se sumergieron para ver quién encontraba antes el reloj que su padre había lanzado al agua. Lo disfrazó de juego, pero era mucho más que eso. Del agua, Antonio salió con el trofeo en la mano y Estrella con un tímpano perforado. El director Alberto Rodríguez, con solo los primeros segundos de su nueva película, ya se hace entender. Los Tigres arranca así, con el acontecimiento decisivo que vivieron de niños los protagonistas. El último filme del cineasta, que ya ha demostrado con La isla mínima (2014) y Modelo 77 (2022) que el 'thriller' se le da a las mil maravillas, es una película madura, inteligente y atractiva destinada a seguir consagrando la carrera de Rodríguez.
Los Tigres sigue a Antonio (Antonio de la Torre) y a Estrella (Bárbara Lennie), dos hermanos que se ganan la vida como buzos profesionales en el mundo del petróleo. A él le apodan El Tigre porque es el mejor en su trabajo. Ella se queda en la barcaza, controlando a su hermano, manteniéndolo conectado a la tierra. También porque, por su oído, no puede bucear más allá de los 20 metros de profundidad. Cuidar es una cosa que Estrella, mujer en un mundo de hombres, lleva haciendo desde que su padre enfermó hace años. Tuvo que dejar sus ambiciones de trabajar en una reserva marina para volver a Huelva y encargarse de su progenitor. Una cosa condujo a la otra: a darse cuenta de que su hermano, fuera del agua, es un desastre, y a tener que cuidarle a él también.
Walt Disney Motion Pictures
A Antonio, que acaba de decirle su exmujer que le va a denunciar por no pasarle la manutención de sus hijas, se le ha ocurrido una idea para acabar con sus problemas económicos. Su trabajo es muy peligroso y está mal pagado, pero ha descubierto que un barco transporta cocaína y planea robar unos gramos para venderlos. Así podrá saldar la deuda con su expareja y abrir una escuela de buceo. Ha tenido un infarto, justo cuando su hermana estaba a punto de despegar y marcharse a cumplir su sueño, y ve que le queda poco tiempo trabajando de lo suyo. Así que Antonio, que no sabe que Estrella se está preparando para tener otra vida en el mar, eleva la peligrosidad de su trabajo: ya no es solo sumergirse sabiendo que su cuerpo es una bomba de relojería, también quiere jugar al narcotráfico. Ahora puede morir dentro y fuera del agua.
El plan para extraer la cocaína sin levantar sospechas es de Estrella. Ella, cabeza pensante. Él, brazo ejecutor. Forman un buen equipo, sí. Llevan haciéndolo desde pequeños. Pero a Antonio le chantajean, no hace caso a su hermana y los problemas, que no eran pocos, crecen y se complican.
Tensión bajo el agua
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Los Tigres es una gran 'thriller' con unos personajes dibujados de manera afiliada y precisa. Rodríguez, que coescribe el guion junto a su colaborador habitual Rafael Cobos, construye a Estrella y a Antonio tan bien que están perfilados hasta el mínimo detalle. Entiendes, con muy poco, de dónde vienen, las dinámicas de su relación y sus motivaciones personales. Antonio de la Torre y Bárbara Lennie se pueden anotar, con estos papeles, otra gran interpretación y trabajo en sus carreras. Ella es uno de los mejores personajes femeninos del año. Y qué bien funcionan los dos juntos en pantalla.
Rodríguez y Cobos aderezan de tensión Los Tigres gracias a varios elementos de la trama, que tiene muchas carreras contrarreloj. Por un lado, está el tiempo que una bombona de oxígeno dura en una inmersión. Por otro, la incertidumbre de los problemas de salud de Antonio cada vez que se sumerge. Está también Estrella y su limitación por su tímpano. A esto hay que añadir lo peligroso que se vuelve todo cuando la droga asoma la cabeza. Cada uno de los elementos se van integrando de forma orgánica. Encajan tan bien como las piezas de un puzle.
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La tensión, donde mejor funciona, es debajo del agua. Rodríguez no desaprovecha las secuencias que involucran el buceo. En ellas está presente, y en el cambio de puntos de vista -a veces somos Antonio en el fondo del mar. Otras, somos Estrella en la barcaza, esperando a que su hermano salga-, la buena mano de Rodríguez con el suspense. Una pena que, en el momento de mayor clímax, una decisión de guion poco acertada rebaje un poco todo lo bueno que se había construido. Aun así, Los Tigres es otro fabuloso trabajo de Rodríguez. El cineasta eleva el 'thriller' con su nueva propuesta.
Los Tigres, por suerte, también es realista en su ficción. Se agradece ver una historia en la que a sus protagonistas no les salen bien las cosas: Estrella se ve atrapada una vez más y a Antonio se le trunca el peligroso plan casi desde el principio. Los hermanos se ven obligados a adaptarse, suceso tras suceso. Estrella y Antonio llegan mutilados, física y emocionalmente, al final de Los Tigres. Pero, por suerte también, Rodríguez hace de juez justo y, tras obligar a sus personajes a pagar por sus pecados, les da esperanza. La luz se ve desde el fondo del océano.