"En Keeper todo es cuestión de imagen y ritmo, imágenes que se transforman delante de nuestros ojos para convertir lo bucólico en amenazante, lo familiar en algo casi alienígena", dice Alejandro G Calvo, el 'publisher' y crítico de SensaCine que ya ha visto la nueva película de Osgood Perkins.
Después de Longlegs y The Monkey, el director regresa con una nueva aportación al género de terror que tan bien se le da.
Osgood Perkins empezó en esto del cine siendo apenas un niño: tenía 9 años cuando debutó delante de la cámara interpretando al joven Norman Bates en Psicosis II (1983). Como actor ha aparecido en títulos tan variados como Seis grados de separación (1993), Una rubia muy legal (2001), Secretary (2002) o ¡Nop! (2022). Pero su trabajo verdaderamente importante ha sido detrás de la cámara donde ha construido una filmografía como autor tan coherente como hipnótica.
Ahora estrena Keeper, una película que cuenta el viaje romántico de una pareja a una cabaña para así aislarse del mundo y disfrutar de su amor. Pero claro, esto no es una película de Nancy Meyers, sino de Osgood Perkins: así que, bien pronto de hecho, las cosas empiezan a volverse súper raras, tremendamente incómodas, incomprensibles, amenazantes.
Un autor por derecho propio
Perkins, tras el paréntesis festivo y loco de The Monkey, ha regresado con su nueva película "al horror íntimo y hermético: un film agorafóbico y denso, con ecos de Men de Alex Garland, que aborda la violencia de género desde la alegoría fantástica".
A lo largo de esta vídeo-reseña, el crítico también realiza un pormenorizado análisis del estilo de Osgood Perkins, un director al que ya podemos tratar como todo un autor por derecho propio, con películas que, más allá de su mayor o menor calidad, merecen todas la pena, alejadas de la fórmula del terror comercial para adolescentes, sin desmerecerlo, que quede claro esto.
Algunas de las constantes de Perkins: tratar el terror con una atmósfera opresiva y una estética muy determinadas, utilizando la lentitud de manera deliberada para crear tensión, minimalismo visual y una importancia muy reveladora del sonido, con susurros, silencios incómodos, etc. Osgood Perkins no es un cineasta al que le interese dar muchas explicaciones, su cine es impresionista, un retrato de interiores, que no disfruta con tramas lineales y se niega a acogerse a clichés mil veces antes usados. Lo suyo es explorar el horror interno.
Entre sus mayores referentes cita, como no podía ser de otro modo, a Kubrick y El resplandor y a David Lynch. Digamos que Perkins, aunque tenga fugas al terror más comercial como en The Monkey, se preocupa por dotar a sus cintas de una mayor pretensión artística... eso que se ha (mal)llamado 'Terror elevado'.
Keeper se estrena el próximo 19 de diciembre, solo en cines.