Todo lo que sucede en 'Aladdín' es resultado del primer deseo que pide al genio
Randy Meeks
Randy Meeks
-Redactor de cine y series
Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

Con el poco tiempo que tuvieron para hacer la película en Disney, cualquiera diría que su guion estaría menos pensado. SIn embargo, desde el principio todo estaba en manos de Robin Williams y su Genio

Aladdin fue siempre un problema para Disney: aunque fue elegida entre las tres candidatas para ser la película de animación de 1992 (entre una adaptación de El lago de los cisnes y otra que después sería El rey león), el guion no terminaba de funcionar, y Jeffrey Katzenberg, el director del estudio, decidió tomar medidas desesperadas: en abril de 1991 exigió que la historia al completo se rehiciera de arriba a abajo (eliminando a la madre de Aladdin, que entonces era un personaje vital)... sin cambiar su estreno en salas, año y medio después. Fue tal el estrés que ese día fue conocido a partir de entonces como "Black Friday". Y con razón.

Aladdin
Aladdin
Fecha de estreno 19 de noviembre de 1993 | 1h 30min
Dirigida por John Musker, Ron Clements
Con Scott Weinger, Robin Williams, Linda Larkin
Usuarios
4,1
Sensacine
2,5
Ver en Disney+

Hay un genio tan genial

Hubo varios cambios en el guion que la hicieron más apetecible: envejecieron a Aladdin (originalmente era un chavalín, que pasó a tener más constitución física y la cara de Tom Cruise), endurecieron a Jasmine... E hicieron, de la manera más inteligente posible, que toda la película se basara en el primer deseo de Al. Sí, sí, como lo oís: al principio de la película, Aladdin le pide al Genio que le convierta en un príncipe, y a eso es a lo que dedica el resto de la película. Vestirle de príncipe y hacerle entrar con elefantes al ritmo de Príncipe Alí no le convertía en tal, al fin y al cabo.

Todo lo que pasa en la película, de inicio a fin (incluyendo la traición de Jafar) tiene su base en aquel primer deseo. Al fin y al cabo, para convertirse en un príncipe de puro derecho, Aladdin debe conseguir que se cambie la ley, y para ello es necesario que venza a Jafar y pruebe ante el Sultán que es merecedor de la mano de Jasmine. Al final de la película, el Genio ha cumplido al cien por cien con su trato, y Aladdin, marido de Jasmine, se convierte en un príncipe de puro derecho.

Así es: los deseos maquiavélicos de Jafar realmente son inútiles, porque se trata solo de un mal menor, algo por lo que todos deben pasar para convertir a Aladdin en el verdadero príncipe de Agrabah. La magia del guion.

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