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    Cannes 2013 vive su mejor jornada con 'La vie d'Adele' y 'Nebraska'

    De 'Nebraska', última película de Alexander Payne, lo podíamos esperar. Pero de 'La vie d'Adèle' de Abdellatif Kechiche nadie imaginaba esta totémica obra maestra. Además, hablamos de 'La jaula de oro' del director español Diego Quemada-Díez. En racha.

    A falta de dos días para que Cannes eche el cierre, se nota que los programadores del certamen se habían guardado los platos fuertes para las últimas jornadas. Y es que, lo vivido ayer fue de órdago -además volvió a pillarnos desprevenidos una lluvia torrencial obligándonos a ver la película de tres horas de Kechiche totalmente empapados-: La vie d'Adèle. Chapitre 1 & 2 de Abdellatif Kechiche, Nebraska de Alexander Payne y, la más endeble de todas,  La jaula de oro de Diego Quemada-Díez.

    Los productores Vincent Maraval y Brahim Chioua, Adèle Exarchopoulos, el director Abdellatif Kechiche y Léa Seydoux.

    Empezamos por la película francesa, cuyo unánime aplauso crítico la convierte en toda una rara avis (es algo insólito que los cronistas nos posicionemos todos a favor de una cinta). Pero no es para menos. La delicadeza, emoción y sinceridad que emana de La vie d'Adèle logró enmudecer y conmocionar al público a lo largo de los, repito, 180 minutos que dura la obra. Y eso que la historia es lo más sencillo del mundo: crónica del desarrollo de una relación amorosa entre dos chicas -desde el primer avistamiento hasta el fin de la relación-, haciendo especial hincapié en los eléctricos momentos románticos que viven -conversaciones, miradas, sonrisas, besos- y en, claro, los alucinantes encuentros sexuales (gráficamente explícitos) que protagonizan. Tiene todo el sentido del mundo: Kechiche aborda un romanticismo que se baña en un naturalismo de corte alegórico: el día a día es firmado con un poso realista teñido de una atmósfera ligeramente onírica, un trabajo en dos capas que, mientras da veracidad a la historia contada, adquiere inusitada belleza por la manera en que es capturada por la cámara. Aquí, la clave reside en la mirada realista que deposita el realizador, de tal forma que si se permite hacernos creíbles a los personajes y sus encuentros, ¿por qué no hacerlo en las escenas de cama? Evidentemente Kechiche no es el primero en mostrar sexo explícito en la pantalla grande -aún se recuerda en Cannes el zumbado final de The Brown Bunny de Vincent Gallo-, la lista de directores que han jugado con dicho recurso dramático es larga, de Lars Von Trier a Patrice Chéreau, de Michael Winterbottom a Bruno Dumont, etcétera. Pero nada de ello se asemeja a lo visto en La vie d'Adèle: la fisicidad de las escenas, la entrega absoluta de las actrices y la nítida mirada del director (no hay rastro de erotismo y, mucho menos, pornografía, en sus imágenes), convierten las escenas sexuales en la lógica cúspide donde las amantes ponen en escena su amor desbocado. Simplemente impresionante. La película vira en su segunda parte hacia el drama romántico, cuando la obsesión, los celos y las infidelidades hacen estragos en la vida de la pareja. Pero, de nuevo, el director de La escurridiza y Cuscús, logra convertir esa imagen mil veces vista en algo primigenio (hay una secuencia en una cafetería con las dos protagonistas reencontrándose que roza lo cósmico). Convirtiendo La vie d'Adèle en una de esas cumbres del cine de amores imposibles, en el mismo grupo donde están Breve encuentro, El último tango en París o In the mood for love. Premio seguro para las actrices Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos.

    Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, las protagonistas de La vie d'Adèle.

    Doble salto mortal y pasamos a Nebraska, última película de Alexander Payne, el mismo genio que nos trajo A propósito de Schmidt, Entre copas y Los descendientes. Máxima favorita para la Palma de Oro a día de hoy -es un título de fácil consenso: a quién no le guste es que no tiene sentimientos- donde se cuenta el emotivo viaje de un padre (algo senil) y su hijo adulto a través del medio oeste americano para ir a recoger un ficticio premio económico, que los llevará a detenerse en su hogar natal en Nebraska y así podrán rememorar ecos de su vida pasada a través de un nutrido grupos de personajes que, como reliquias de la propia ciudad en desaparición, servirán para que la relación paternofilial vaya creciendo poco a poco hasta convertirse en toda una epifanía vital. Payne, que ha rodado la película en blanco y negro, mantiene intacta su perfecta versatilidad a la hora de moverse entre el drama y la comedia, más cerca de Aki Kaurismaki que de los hermanos Coen, se muestra en Nebraska inusitadamente clásico, hasta crepuscular. Un viaje íntimo hacia el amor y la comprensión que guarda más de un paralelismo con esa impepinable obra maestra que es Una historia verdadera de David Lynch. Ha sido ovacionada por la prensa.

    Will Forte, June Squibb, el director Alexander Payne, Bruce Dern y Laura Dern.

    Última película: la mexicana La jaula de oro, ópera prima del burgalés Diego Quemada-Díez. El cineasta definió la película en su premiere en la sección Un certain regard como una respuesta a la petición de los protagonistas de la película, "que cuente su historia, me pidieron; así que aquí la tienen". ¿Y cuál es esa historia? Pues un nuevo retrato de mirada documental sobre la tragedia de la inmigración latinoamericana hacia los Estados Unidos. Protagonizada por tres chavales guatemaltecos, uno de ellos de origen indígena, La jaula de oro es una odisea a través del horror, un viaje por el infierno hacia un sueño imposible donde los pobres chavales no dejan de recibir un varapalo tras otro. En sintonía con películas primo-hermanas como In This World o 14 kilómetros, la película destaca por su autocontrol a la hora de no cargar las tintas en la tragedia narrada, centrándose más en la tierna relación existente entre los chavales y evitando caer en la pornografía del sufrimiento inútil (de la que es rey Alejandro González Iñárritu). Buen debut, sin duda.

    Rodolfo Dominguez, Karen Martínez, el director español Diego Quemada-Díez y Brandon López.

    Música de fondo: Jelly Roll Morton

    Alejandro G.Calvo

    + Todas las crónicas de Cannes 2013 by Alejandro G. Calvo

    Día 1: Los fuegos de artificio de 'El gran Gatsby' sirven de chupinazo de salida del festival.

    Día 2: Las ladronas pijas de Sofia Coppola dan la nota en 'The Bling Ring'.

    Día 3: Cannes se pone hardcore: prostitución ('Jeune & Jolie'), torturas ('Heli') y sexo explícito gay ('L'inconnu du lac').

    Día 4: Hirokazu Kore-eda con 'Like father, like son', el primer candidato firme a llevarse la Palma de Oro.

    Día 5: Los hermanos Coen ovacionados por 'Inside Llewyn Davis'.

    Día 6: James Franco da la sorpresa con 'As I Lay Dying'.

    Día 7: El show de Michael Douglas en 'Behind the Candelabra' apunta a premio.

    Día 8: 'Only God Forgives', de Winding Refn y Ryan Gosling, todo un manjar de puñetazos.

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