Un día después de conocer la trágica muerte de Philip Seymour Hoffman, supuestamente como consecuencia de una sobredosis, según Los Angeles Times la policía habría hallado 50 papelinas de heroína y 20 jeringuillas usadas, en su apartamento de Manhattan. El mismo domingo, día de la muerte, ya se encontraron, según el New York Daily News, 7 bolsitas de droga, cinco de ellas vacías, y una cuchara quemada -en la que el actor habría preparado la droga-, junto a cinco medicamentos para la hipertensión arterial, Déficit de Atención por Hiperactividad, y Buprenorfina, usada por los adictos para eliminar los restos en la sangre. También han confirmado que Hoffman fue hallado muerto en el baño de dicho apartamento con una jeringuilla en el antebrazo.
El actor ya tuvo problemas con las drogas cuando tenía 22 años, y después de pasar por rehabilitación conisguió estar limpio durante más de dos años. Pero nunca consiguió erradicar totalmente su adicción, y en mayo del año pasado volvió a acudir a una clínica de rehabilitación durante diez días, después de haberse vuelto a enganchar a los estupefacientes, primero con medicamentos recetados, y más tarde con heroína. Según TMZ, el actor fue visto borracho el pasado jueves. Mientras se espera que la autopsia confirme las causas de la muerte del actor, la policía busca, tras las declaraciones de un testigo, las imágenes de un vídeo de una sucursal bancaria, en las que aparecería Hoffman entregando un fajo de billetes a dos hombres, que portaban bolsas de mensajería.
Lorena Vialás
