Al ver que Jack Nicholson tenía dudas sobre su participación en la película, los responsables del filme le ofrecieron el papel del Joker a Robin Williams, quien aceptó la oferta. Pese a ello, los miembros del equipo volvieron a insistir a Nicholson hasta conseguir un sí por respuesta. Esto provocó que Williams quedase muy disgustado, y cortase toda la relación con Warner Bros., hasta que el estudio le pidió disculpas.