En apenas un par de años hemos podido asistir al nacimiento de una actriz que puede llegar a marcar un antes y un después en la historia del cine español. Se trata de Natalia de Molina (Linares, 1990), la joven intérprete jienense que deslumbró a todos con una actuación que le hizo ganar el Goya a Actriz Revelación en Vivir es fácil con los ojos cerrados.
Con apenas 24 años, ha sabido cambiar totalmente de registro para ponerse en la piel de una madre soltera a punto de ser desahuciada en Techo y comida (4 de diciembre). En Sensacine, hemos podido conocerla más a fondo y hemos descubierto que es una mujer a la que le encanta superar retos difíciles.
La prensa ha catalogado de sobrenatural tu actuación en la cinta. Además, conseguiste llevarte la Biznaga de plata en el Festival de Málaga ¿Crees que es una de tus mejores interpretaciones hasta ahora?
Estoy muy orgullosa, no te voy a mentir. Tenía mucho respeto. Algunos momentos me hacían sentir miedo por creer que no sería capaz de estar a la altura del personaje. Es un personaje tan completo, tan complicado y al que le pasan tantas cosas que no sabía si iba a ser capaz de transmitir todo lo que requería siendo tan joven. Llevo muy poco haciendo cine y era un gran reto, pero eso me "ponía". Todo gran reto trae consigo una gran responsabilidad. A pesar de que tuve miedo en muchas ocasiones, era lo que también me hacía querer estar ahí. Fue un regalo tener eso en mis manos. Podría haber salido mal, pero ha salido bien.
Interpretas a Rocío, una madre soltera que se busca la vida día a día para proporcionarle a su hijo una educación y un sustento, ¿qué es lo que más te gusta de tu personaje?
Todo. La quiero mucho. Es un personaje que estará conmigo para siempre. Me gusta su fortaleza y su fragilidad. Es un personaje muy enriquecedor. Una mujer muy fuerte e inocente a la vez.
Has logrado meterte de manera increíble en la piel de tu personaje, ¿conocías de alguien que estuviese, o hubiera estado, en la misma situación que Rocío?
No. No conozco a nadie que lo haya pasado en sus carnes pero quise enseñar al espectador el pudor, la vergüenza y el miedo que tiene Rocío a contar su historia ya que entendía su personaje. Me he informado mucho. Cerca de donde vivo hay un comedor social y me iba muchas tardes allí solamente a observar. Cuando baje a Jerez anduve por el barrio de la Granja y pude ver a muchas Rocíos. Lo que más me gusta de cuando preparo un personaje es observar la realidad y rescatar cosas desde el 'voyerismo'.
Según Juan Miguel Castillo (director de Techo y comida), tu actuación es merecedora del Goya. ¿Qué opinas al respecto?
(Risas) El que de verdad debería estar nominado es él porque es un director que hace falta en el cine. Aunque la gente le conozca solamente por la película, él ya tiene un corto con Asunción Balaguer, llamado Rosario en el que ya ves lo que siente y lo comprometido que es con el tiempo que vive. Me encanta el tono con el que hace las cosas, la veracidad, lo honesto y lo crudo que resulta. Si hay gente que piensa que yo lo he hecho bien en la película, es porque él me ha dirigido así.
¿Ha cambiado mucho tu vida a raíz de conseguir el Goya a la mejor Actriz Revelación por Vivir es fácil con los ojos cerrados?
Profesionalmente sí que ha cambiado porque gracias a Vivir es fácil con los ojos cerrados he llegado a Techo y comida. Pero a nivel personal, sigo siendo la misma. Y menos mal. Era una cosa que me preocupaba. Son cosas que ni te imaginas. Yo le decía a mi familia: "Oye si de repente veis que me comporto raro o que dejo de ser Natalia decídmelo porque me muero". Es muy surrealista pero yo sigo siendo la misma.
Con el Goya a Actriz Revelación y el apoyo de la prensa a tu favor, ¿hacia dónde se dirige ahora tu carrera?
Tengo muchos sueños. Yo quiero seguir haciendo cine, haciendo teatro. Si tengo la posibilidad de hacer televisión también. Últimamente, tengo ganas de hacer algún personaje que tenga que cantar. Yo canto en mi casa (risas), empecé estudiando interpretación musical y me gusta mucho cantar, pero te juro que es una cosa con la que me muero de vergüenza. Es un reto para mí y sé que es algo que me costaría. Pero sí, me gustaría hacer o un musical o una película en la que el personaje, por lo que fuera, arrancase a cantar. Y luego también me encantaría trabajar junto a Ricardo Darín.
¿En qué proyectos podremos verte próximamente?
El año que viene se estrenarán Kiki, el amor se hace, la nueva película de Paco León en la que yo participo, y Los del túnel. Por ahora hay algo sin cerrar, así que de momento no puedo decirlo. Pero ojalá que salga.
