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    John Krasinski ('13 horas'): "Rodar una película con sentimientos tan oscuros puede afectarte negativamente"

    El nuevo filme del director de 'Pearl Harbor' y 'Transformers', Michael Bay, se estrena este viernes 26 de febrero.

    John Krasinski (The Office) protagoniza la nueva película del director Michael Bay (Pearl Harbor, Transformers), 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi, la cual se estrena este viernes 26 de febrero. Basada en hechos reales, la cinta transcurre el 11 de septiembre de 2012, año en el que se produjo el ataque al consulado estadounidense en Bengasi, Libia, provocando la muerte de cuatro personas, entre las que se encontraba el embajador de EE.UU en el país extranjero. Para proteger la vida del resto de los estadounidenses que se encontraban en Libia, un grupo de operativos de las Fuerzas Especiales decide arriesgar su vida y luchar en el territorio. ¡Mira qué nos ha contado!

    ¿Cómo describirías el papel de tu personaje en la película?

    Jack Silva es un marine retirado que ahora trabaja como contratista de la CIA. Su trabajo consiste en proteger a otros agentes que se encuentren en lugares de riesgo como Bengasi, Libia. Cada vez que uno de ellos tiene que desplazarse para conseguir información o para hablar con algún activo, él debe protegerle y estar ahí en caso de que algo vaya mal. Mi personaje se une a otros cinco hombres para trabajar juntos en el puesto de defensa en Bengasi. Pero lo más importante es que esas personas no sólo mantienen una amistad y han llegado a formar una hermandad, sino que además experimentan juntos una de las noches más terroríficas que pudieras imaginar.

    13 horas se basa en una historial real. ¿Pudiste conocer al verdadero Jack Silva?

    Sí. Para mí, conocerle fue una de las partes más importantes de la preparación. Nunca había interpretado a un personaje que existiera en la vida real y mucho menos a una persona que hubiese pasado por algo tan intenso como esto. Así que para mí lo más importante fue conseguir la información a través de él, directamente de la fuente, y no a través de segundas personas, especialmente cuando este tema ha sido tan politizado. Quería asegurarme de que conseguía la información correcta. Tengo que decir que su generosidad fue verdaderamente humilde. A los cinco minutos y sin conocerme de nada, me dijo: “Pregúntame sobre lo que quieras, no te preocupes por las emociones ni nada de eso. Simplemente, pregunta. Quiero que esta historia salga a la luz y que se cuente bien”.

    ¿Qué es lo que más te interesó del proyecto?

    La verdad es que me interesaron muchas cosas. Provengo de una familia con un pasado militar... Muchos de mis primos y tíos han sido militares. Siempre he querido hacer una película que me dejase al menos experimentar esa sensación de sacrificio, saber que se siente al pasar por todo ello y mostrarlo ante la cámara. A pesar de estar actuando todo el tiempo, hemos tenido la oportunidad de experimentar a través de las historias de personas reales... Y también teníamos a varios Navy Seals en el 'set', que nos ayudaban a resolver dudas y nos daban información sobre seguridad. Al escuchar estas historias reales, me di cuenta de que verdaderamente no entendía el significado de mis palabras al decir: “Respaldo a las tropas de EE.UU, entiendo lo que hacen y por que luchan cada día”. No lo entendía. No era consciente de la absoluta dedicación y la valentía que son necesarias para hacer lo que hacen ellos cada día.

    ¿Cómo es trabajar con Michael Bay?

    Michael es un hombre particular. Es la única persona que hace lo que él hace y para mí fue fascinante observar observarlo y ver cómo tenía la película en su cabeza. Recuerdo que mucho antes de que empezásemos a grabar, durante una de las lecturas del guion, nos dijo: “He grabado la película en mi cabeza”. Y nosotros, bromeando, le contestamos: “Bueno, ¿y cómo ha ido?”. Y sin ni siquiera sonreír, nos aseguró que era muy emotiva. Él sabía lo que quería contar y cómo tenía que contarlo. Desde ahí, todo consistía en verle juntar las piezas de esta película. Para nosotros parecía un rodaje muy caótico y lleno de disparos, pero en su cabeza todo estaba perfectamente alineado como en una partitura musical.

    El reparto de 13 horas cuenta con actores muy divertidos. ¿Han reducido la tensión?

    ¡Por supuesto! Una de las cosas que más me gusta de actuar es eso mismo: actuar. Y, para mí, creo que ser capaz de desconectar con la intensidad que estábamos pasando es tan importante como ser capaz de conectar. Si te mantienes en un ambiente de tanta intensidad, y con sentimientos tan oscuros y difíciles... Eso puede afectarte negativamente. Esta es la vez que más cerca me he sentido del reparto de una película. Por supuesto, voy a tener un vínculo para toda la vida con la gente de The Office, pero esta es la vez que más he conectado. Porque todos son tipos muy buenos y muy divertidos. En una película como esta, en la que estamos todos encerrados en un mismo sitio e interpretamos escenas tan intensas, sería muy difícil avanzar si alguien tuviera mucho ego o fuera un cretino. He tenido mucha suerte al poder trabajar con gente tan estupenda.

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