Mi cuenta
    Hablamos con las directoras de 'Las amigas de Àgata': "Nos basábamos en experiencias vividas y queríamos naturalidad"

    El debut de Laia Alabart, Alba Cros, Laura Ríos y Marta Verheyen, que empezó como un proyecto final de carrera, se estrena en cines este viernes 10 de junio.

    Avalon Distribución Audiovisual

    Este viernes 10 de junio se estrena Las amigas de Àgata, un fiel retrato sobre cuatro amigas de toda la vida que comienzan la universidad. La película, que comenzó como un simple proyecto final de carrera, ha ido cosechando éxitos y premios -Premio Abycine Indie y Premio del público 2015 en el Festival de Cine de Autor de Barcelona, entre otros- hasta su estreno en salas. SensaCine ha podido hablar con sus directoras: Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen.

    Trabajo final de carrera y directo a los cines. ¿Lo habíais soñado siquiera?

    Laura Rius: No, para nada. Teníamos un año para hacer un proyecto entre las cuatro y decidimos tomárnoslo con mucha calma y hablar de un tema que nos resultara propio y en el que no sintiéramos legitimadas para tratarlo. Lo hicimos como para entregar el proyecto, no nos lo imaginábamos. (Ríe) Cuando lo entregamos tuvimos la suerte de que lo vio Jordi Costa y nos propuso presentarlo en Abycine (Festival Internacional de Cine de Albacete) en una copia en bruto porque no estaba terminado del todo. Tras su proyección en Abycine, al público le gustó y ganamos el premio de 3.000 euros que nos permitió invertirlo en la post-producción de la película: sonido, color, etc. Más adelante, el Festival de Cine de Autor nos contactó para que la presentásemos y también ganamos el Premio del Público. Luego llegó la productora que nos propuso vernos, aceptamos su propuesta y después, de repente, Avalon, y ahora en los cines y es como… "Vale" (Risas). Es que aún no, estamos como… Bueno, ya me entiendes.

    Alba Cros: Todas pensamos un poco igual. Es lo que dice Laura, lo generamos muy entre nosotras porque queríamos pasarlo bien y experimentar. Hacer una pieza, al fin y al cabo. Iba a ser un corto en realidad, porque normalmente se hacen cortos de trabajo final de carrera, pero al final nos motivamos mucho y creamos este espacio, este microcosmos nuestro.

    Y fue creciendo...

    A.C: Sí. Íbamos grabando, grabando, grabando y, de repente, teníamos un largo. De hecho, la idea de hacer una película ni nos la planteábamos, daba pánico. Aparcamos esa idea y nos centramos en disfrutar. Iríamos rodando y en el momento del montaje veríamos, pero no nos íbamos a presionar para llegar a 60 minutos. ¿Qué al final rodábamos más? Pues nos lo pasaríamos mejor, pero luego ya veríamos qué forma toma...

    Con este éxito, imagino que iríais a por Matrícula...

    Laia Alabart: No nos importaba tanto la nota. Era más el hacer un proyecto que nos gustara. Nos olvidamos del marco académico y quisimos aprovechar lo que nos ofrecía la universidad ese año, con buenos tutores que seguían tu proyecto de principio a fin de curso -Gonzalo de Lucas, Elías León Siminiani (guion), Isaki Lacuesta (dirección y puesta en escena). Nos lo planteamos más como: "Vamos a aprender y disfrutar, contar algo juntas como amigas". Nos hacía mucha ilusión más allá de la nota. De hecho, es que no sirve de nada.

    La nota no. Esto sí, lo que estáis consiguiendo.

    L.A: Claro, que tampoco nos lo esperábamos. Evidentemente, esto es como mucho más grande. Pero sí, nos olvidamos de la nota.

    Cuatro protagonistas, cuatro directoras. ¿Coincidencia?

    Marta Verheyen: Es coincidencia. Cuando hablábamos de la idea y del grupo de chicas nos funcionaba muy bien el número para los distintos perfiles de chica que nos interesaban. Para que hubiera cierto equilibrio. Barajamos la posibilidad de tres o cinco, pero tres nos quedaba un poco cojo en términos de guion y cinco quizá ya era un poco demasiado. Es casualidad, y tampoco somos una cada una, que no sé si también iba por ahí la pregunta.

    ¿Ha habido problemas en algún momento a la hora de poneros de acuerdo?

    A.C: No. El planteamiento era grupal y entre todas escogimos el tema para que las cuatro pudiéramos aportar por igual. Así todas estábamos motivadas durante el proceso, que no era solo de una. Han sido tres años trabajando las cuatro. Ya éramos amigas y habíamos hecho trabajos juntas antes. Confiamos mucho las unas en las otras y sabemos los puntos fuertes de cada una. Trabajar así era un plus.

    L.A: No es que tenga que funcionar siempre esa fórmula pero a nosotras nos funcionó muy bien.

    M.V: Sabíamos lo que queríamos contar y, dependiendo de la situación, nos íbamos rotando. Si aquel día una estaba más inspirada para rodar la escena, se ponía tras la cámara; o una se sentía ese día con más 'feeling', pues trabajaba con las actrices.

    Las actrices me han comentado que el proceso de selección fue bastante exigente...

    (Ríen)

    L.R: Sí. Las queríamos integrar desde el principio. Creábamos situaciones de improvisación que estaban un poco inspiradas en esas secuencias que teníamos ya escritas de la película. Al final fueron ellas, pero fue un proceso de tres meses y vimos a muchas chicas.

    A.C: La exigencia en ese proceso de selección era porque sabíamos que en la película lo más importante iban a ser las actrices. Buscábamos algo muy concreto porque la película eran ellas y al final hicimos muchas fases. Pero para estar nosotras cómodas con ellas y poder trabajarlo bien.

    ¿El resultado final del filme fue como habíais pensado? ¿Mejor?

    L.A: Tampoco teníamos la película tan calculada en ese sentido. Se iba construyendo. Sí que teníamos, por ejemplo, la imagen final. Era de donde partíamos, lo primero que pensamos y queríamos llegar ahí y al sentimiento que queríamos expresar, que es donde focalizábamos todo. Eso sí que lo teníamos pensado y creo que todas estamos muy contentas de cómo se transmite.

    El proyecto iba cogiendo vida propia y os dejasteis llevar...

    L.A: Sí.

    L.R: Nos gustaba la idea de cómo la película se iba autoconstruyendo. Como está rodada cronológicamente. La película iba tomando forma y se iba asentando. Las actrices habían vivido también todo el proceso y es como que se iba cargando un poco emocionalmente y se iba definiendo todo.

    M.V: Obviamente, la película se terminó de construir en el montaje, incluso de orden. Imaginábamos unas escenas montadas de una forma, pero al final vimos que funcionaban de otra manera. Al final el resultado funciona.

    L.R: Hacíamos una media de dos tomas por escena. Entonces teníamos muchas horas y el montaje ha sido súper importante porque hemos ido cogiendo de todo este material. Se ha construido mucho partiendo de las improvisaciones de las actrices.

    Las actrices lo hacen muy bien. ¿Mérito de ellas? ¿Vuestro? ¿De todas?

    A.C: Se han volcado y se han entregado. Han estado muy bien. Les hemos permitido que pudiesen explorar, confiábamos en ellas. Buscábamos que entendieran perfectamente la historia y lo que queríamos contar, y también que la hubiesen vivido a su modo. Estábamos las ocho alineadas, creamos un espacio de confort durante el rodaje para todas. Buscamos esa comodidad para que pudieran desenvolverse bien y las motivamos también para que aportasen mucho de su parte. Es un proceso de todas pero, evidentemente, al final ellas son las que acaban dando la cara y estamos contentísimas.

    M.V: Son muy buenas porque es que enseguida entendieron la forma en que queríamos rodar, en ese formato más íntimo, de equipo reducido, donde todo favoreciera a su actuación. También nosotras nos sentíamos con más confianza trabajando así. Ha sido como una confluencia de factores. Fue todo realmente muy hilvanado y muy fácil de llevar. Muy natural.

    La película destaca por su cercanía y naturalidad. ¿Cómo se consigue eso?

    L.A: Nos basábamos en experiencias vividas y queríamos naturalidad. Por eso también no había diálogos escritos, por eso esa frescura. También las actrices iban explorando la escena un poco y dejándose ir, olvidándose de la cámara incluso. Todo eso favorecía bastante.

    M.V: No era un guion típico. Intentábamos siempre que fuera real, vivido. El hecho de que se grabara cronológicamente hacía que ellas lo hubieran vivido, sus emociones evolucionaban. Es que no puede ser falso de ninguna manera.

    Sabéis que en los Goya hay un premio a la Mejor Dirección Novel, ¿no?

    (Ríen)

    L.R: Estamos todavía digiriéndolo todo. Se estrena en salas este viernes y estamos aún que no lo creemos. Todo ha sido paso a paso: ahora esto, ahora lo otro... No sabemos nada de lo que va a pasar. Quizás va bien la película o quizás va mal. No sabemos. Entonces, poco a poco.

    De momento, está teniendo buenas críticas...

    L.R: Sí, eso sí. Pero luego está la asistencia en salas. No hemos tenido una experiencia en salas aún.

    M.V: Con todo, nosotras es que estamos más que orgullosas y contentas del resultado. Que hayamos conseguido transmitir ese sentimiento y que mucha gente de distintas ciudades y generaciones lo entienda para nosotros ya es... ¡Guau! No sé cómo lo hemos hecho, pero súper contentas porque era justo lo que queríamos contar. Súper agradecidas.

    FBwhatsapp facebook Tweet
    Comentarios
    Back to Top