Assumpta Serna ha estado casi 15 años sin protagonizar un largometraje español, pero ha regresado a la ficción patria para interpretar, paradojas, a una monja francesa. En Red de libertad, dirigida por Pablo Moreno, encarna a Sor Hélène Studler, hermana de las Hijas de la Caridad a la que se atribuye el haber salvado unos dos mil prisioneros de los nazis. Con motivo del estreno de la película, hablamos con la actriz catalana en exclusiva.
¿Cómo llegó al papel de Sor Hélene Studler?
Assumpta Serna– Raúl Escudero me llamó y me hizo llegar el guion. Enseguida lo leí y pensé que era una maravilla de personaje: lloré, me emocioné, reí. E inmediatamente le respondí que sí. Para mí es un papel muy especial, me llega en un momento muy sensible: tengo sesenta años, hacía tiempo que no hacía anda en España, y me parece un personaje cuyos valores comparto. Un personaje así no lo puedes dejar escapar.
Studler fue una mujer insólita para la época: valiente, con coraje y generosa. ¿Qué le aportó el personaje de Sor Hélène?
A.S.– La orden de las Hijas de la Caridad siempre ha estado en contacto con la gente, porque de eso trata el espíritu Vicenciano: en salir al mundo y ayudar a la gente. Eso es lo más bonito de ellas y del personaje de Sor Hélène, lo que más me ha gustado. Se da la casualidad, o tal vez no tanta, que ya había estado en contacto con esta orden. Durante la guerra, mi abuelo recogió a dos religiosas de Murcia y acabaron educando a mi madre cuando era pequeña. Recuerdo, yo de niña, ir a visitarlas al convento, en Centelles (Cataluña). Eran dos mujeres muy distintas: una era todo generosidad y amor, y la ora, recogimiento. Quería que la personalidad de ambas estuviera en la película, en el personaje de Hélène.
¿Cree que ‘Red de libertad’ da un paso adelante visibilizando en el cine a las mujeres eclesiásticas, que no suelen ser protagonistas de películas históricas y bélicas?
A.S.– El mundo cristiano refleja más la realidad del hombre que de la mujer, como sucede en general en muchos ámbitos de la sociedad. En fin…, haber rescatado a 2000 personas es un hecho los suficientemente importante.
Ha estado trabajando en el extranjero sin parar, pero ¿cómo ha sido su regreso al cine español como protagonista tras este hiato de 14 años? ¿Qué impresión se lleva del equipo de Pablo Moreno?
A.S.– Pues me llevo para mí la sensación de que hay personas que todavía quiere hacer cine haciéndolo cada vez mejor. La compañía de Pablo está en el sitio justo, aprendiendo constantemente. Trabajan todos juntos casi como una familia. Son muy transparentes con los procesos del trabajo y me he sentido muy a gusto. Pablo es un buen director, no tiene miedo, le gusta empaparse de las ideas de los otros. No solo hacemos una historia sobre unos valores, porque esos valores también se ponían en practica en el set de rodaje. Y ese es el cine que me gusta hacer: un cine hecho por gente quiere comunicar cosas importantes.
El papel de Sor Hélène Studler es su segundo rol de religiosa, tras haber interpretado a Sor Juana Inés de la Cruz en ‘Yo, la peor de todas’ (María Luisa Bemberg, 1980). Ha actuado en muchas películas en muy distintos roles, pero todos mujeres con mucha personalidad. ¿Hay algún papel que todavía crea que tiene pendiente?
A.S.– Me gusta interpretar a mujeres con carácter, así como la idea de que puedo contribuir a que haya mujeres fuertes en el cine. Ahora, recapacitando, la verdad es que me gustaría hacer más comedia. Este año he hecho tres cosas bastante potentes: una en Los Ángeles, una comedia precisamente que se llama ¡He matado a mi marido! (Francisco Lupini, 2016), en la que hago de criada, muy manipuladora y muy graciosa. De repente, pienso que me lo he pasado muy bien haciéndolo y creo que podría hacer más este tipo de papeles cómicos. El papel de Sor Hélène me ha gustado mucho porque me he sentido muy cerca de sus valores. Y ahora acabo de rodar Bernarda, una versión actualizada de La casa de Bernarda Alba, de Lorca, a cargo de Emilio Ruiz Barrachina. Es un personaje que no tiene nada que ver con Hélène, pero que en el fondo dice cosas similares. esa idea de opacidad que contrasta de manera directa con la transparencia de Hélène. En fin, después de todos estos personajes, y después del papel de Sor Hélène, ya es muy difícil hacer otra monja, y lo que me apetece más es poder hacer reír.