¿Por qué nadie utiliza el 'Veritaserum' para interrogar criminales?
El Suero de la Verdad es usado en numerosas ocasiones a lo largo de la saga, siempre con el fin de que aquéllos que lo toman se vean obligados a decir la verdad aunque no quieran. Barty Crouch Jr. la bebió, y Snape amenazó varias veces a Harry con que se la haría tomar sin darse cuenta, pero nadie quiso aplicarla en ningún momento a los procesos judiciales. Algo muy llamativo, pues dicha poción podría hacer que los juicios no fueran necesarios, y nadie tuviera ninguna duda sobre la culpabilidad de los criminales de turno.

Es uno de los muchos inventos mágicos que Rowling desarrolló para su saga, y que en varios momentos amenazaron la credibilidad de ésta. Sin embargo (y como es habitual), la novelista ya tiene la solución del enigma: el Veritaserum puede ser resistido por magos habilidosos a través de diversos conjuros y antídotos, e incluso alguien muy versado en Oclumancia sería capaz de esquivar sus efectos permanentemente. No parece, en retrospectiva, que usar el Suero de la Verdad sea una buena idea.
¿Por qué Harry no desarrolló un 'Obscurus' cuando era niño?
Tan pronto como se estrenó Animales fantásticos y dónde encontrarlos, los fans añadieron una nueva palabra a su diccionario de Harry Potter, y a continuación se preguntaron cómo era posible que su héroe nunca hubiera liberado su magia mediante un catástrofico 'obscurus'. El calvario familiar de Credence (Ezra Miller) era bastante parecido a los primeros años de vida de Harry en casa de sus tíos, cuando no sabía que existía la magia y que él podía usarla.

¿Por qué no recibió a Hagrid un enfurecido ente negro cuando fue al escondite de los Dursley? Aparte de que Rowling aún no había ideado el término "Obscurus", está el hecho de que Credence y Harry son más distintos de lo que parece. Credence, a diferencia de Potter, creció sabiendo que existía la magia, y concibiéndola como algo diabólico que no debía utilizar; de este conflicto nació el Obscurus, y se lanzó a arrasar la ciudad de Nueva York. Harry, en cambio, no tenía ni idea e incluso utilizaba la magia de vez en cuando sin darse cuenta, como atestigua su encuentro con la serpiente en La piedra filosofal.