Dos amigos que están dejando atrás la infancia, un verano en la Islandia rural y el estallido de la angustia adolescente. Con estas cartas se presenta una de las cintas que retratan el complicado tránsito hacia el mundo adulto más originales de los últimos años: Hearstone (Corazones de piedra) está dirigida por el islandés Guðmundur Arnar Guðmundsson y se estrena en nuestras salas después de circular por el circuito de festivales con notable acogida. Hablamos con su responsable sobre la película, sobre cómo trabajar con jóvenes intérpretes y sobre el pujante nuevo cine islandés, que se ha convertido en indispensable en los certámenes internacionales.
En 'Heartstone' muestras la adolescencia como una etapa muy extrema, violenta pero también muy sensual. ¿Qué fue lo que te motivó para hacer esta historia, sobre unos personajes problemáticos y en este escenario tan aislado?
Guðmundur Arnar Guðmundsson – En Hearstone quería hacer un retrato veraz de lo que es ser un niño y lo que es convertirse en un adolescente en un pequeño pueblo de Islandia. Quería hacerlo sin que mi mente adulta censurara lo que podía mostrar. La película está inspirada en mi propia vida y en mi entorno, pero sigue siendo una historia ficticia. Creo que los años de la adolescencia son una de las etapas más interesantes de nuestras vidas. Estamos experimentando tantas cosas por primera vez en muy poco tiempo: desde el amor a la amistad, la autonomía personal. Al mismo tiempo, perdemos nuestra inocencia infantil ante la dureza de la sociedad. Esta transición puede ser muy dramática, especialmente cuando vives en una pequeña comunidad aislada donde no puedes esconder tus secretos.
Baldur Einarsson (Thor) y Blær Hinriksson (Kritsjan) están impresionantes. ¿Dónde y cómo encontraste a los jóvenes actores y actrices de 'Heartstone'? ¿Buscabas a un tipo de chico en concreto?
G. A. G. – En Islandia no hay actores profesionales adolescentes, así que pusimos anuncios en los medios utilizamos para convocar un casting abierto. Vinieron alrededor de 1.000 chavales y encontramos a los actores entre ellos. Estaba buscando a chicos que fueran ambiciosos, creativos y que pudieran abrirse emocionalmente y atreverse a ser vulnerables frente a la cámara.
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¿Cómo fueron los ensayos con los protagonistas de 'Hearstone'?
G. A. G. – El proceso de casting fue muy largo, así como los ensayos. Fueron muchos meses de enseñar a los chavales los elementos básicos de la interpretación, cómo improvisar, meditar, enfocarse. Cuando escogimos a los protagonistas, eran más pequeños que la edad de los personajes. Queríamos que cuando comenzáramos a rodar tuvieran la edad exacta de los chicos a los que encarnan.
El paisaje y la fotografía son también muy importantes en 'Heartstone', pero jamás eclipsan a los personajes. ¿Podrías contarnos cómo trabajaste con Sturla Brandth Grøvlen ('Rams', ''Victoria'), el director de fotografía?
G. A. G. – Sturla y yo comenzamos a colaborar juntos cuando estudiábamos en la escuela de cine y, en mi opinión, ses uno de los mejores directores de foto que existen. No solo por su gran capacidad visual y su increíble sensibilidad para leer a los actores y la narración de la historia, sino también porque es una persona estupenda, que hace que colaborar con él sea una experiencia facilísima y agradable. Tan sólo teníamos una regla con respecto a filmar la naturaleza y el paisaje tan potente que nos rodeaba: que nunca debía mostrarse a menos que tuviese un propósito claro, en el sentido de que ayudara a avanzar la historia y estuviera al servidio del estado emocional de los personajes.
Muchas películas de directores islandeses han tenido una muy buena acogida en los mercados internacionales en los últimos años y creo que tiene mucho que ver con la libertad creativa que disfrutamos en Islandia.
¿Hay alguna película sobre adolescentes que te inspirada para escribir 'Heartstone'? ¿O alguna película juvenil que te guste mucho?
G. A. G. – Hay pocas películas sobre la mayoría de edad que me inspiraron. Cuenta conmigo, de Rob Reiner, por ejemplo. Es es una película increíble con grandes personajes y actuaciones. También A Swedish Love Story, de Roy Andersson, que tiene detalles increíbles en sus escenas; y una más reciente, Fucking Amal, de Lukas Moodysson, que retrata a los hermanos de una manera muy sincera.
Por último, en los últimos años el cine de autor que se hace en Islandia está muy presente en festivales y en las carteleras extranjeras. Estoy pensando en 'Rams' o en 'Sparrows', que ganó en el Festival de San Sebastián de 2015¿Crees que podemos hablar de una nueva generación de cine islandés? Y si es así, ¿a crees que se debe?
G. A. G. – Muchas películas de directores islandeses han tenido una muy buena acogida en los mercados internacionales en los últimos años y creo que tiene mucho que ver con la libertad creativa que disfrutamos en Islandia. Esa libertad proviene tanto del apoyo de la Comisión de Cine de Islandia como del tamaño del mercado de Islandia. Nadie confía en romper la taquilla comercial, por lo que somos más libres a la hora de pensar el cine como una forma de arte.
