Mi cuenta
    CRÍTICA de 'El irlandés' de Martin Scorsese (*****).- 'El crepúsculo de los 'goodfellas'

    El 'publisher' de SensaCine ya ha visto lo último del cineasta de 'Malas calles' y 'Uno de los nuestros', en salas seleccionadas desde el 15 de noviembre y en Netflix el 27 de noviembre.

    El irlandés, el largometraje número 26 de Martin Scorsese, devuelve al maestro italoamericano, cineasta sin el que sería imposible entender el cine de los últimos 50 años, al terreno que más simpatías ha desatado: el cine de gánsteres -Malas calles (1973), Uno de los nuestros (1990), Casino (1995) e Infiltrados (2006)- y, si me apuran, Gangs of New York (2002), aunque ésta siempre la he visto más como una película del Oeste en el Este. En esta ocasión abordando la mítica desaparición (asesinato) del líder sindicalista, comúnmente asociado a la mafia organizada, Jimmy Hoffa (Al Pacino, en su primera colaboración con Scorsese), pero abordándolo desde el punto de vista del también narrador Frank 'El irlandés' Sheeran (Robert De Niro). A la 'gang' scorsesiana regresan además Joe Pesci -que ha abandonado su retiro para darnos, probablemente, la mejor interpretación de su carrera como el capo Russell Bufalino-, Harvey Keitel (otro 'mafias', Angelo Bruno) y sus colegas en Boardwalk Empire (2010), Bobby Cannavale y Stephen Graham. Un reparto a la medida de una película absolutamente gigantesca, tanto por calidad como por duración (210 minutos), que el realizador Guillermo del Toro ha corrido en redes a compararla con el clásico de Kubrick Barry Lyndon (1975), pero que yo veo mucho más cercana al último filme de Sergio Leone, la magistral Érase una vez en América (1984), cuyo protagonista era, claro, Robert De Niro.

    El irlandés' es el relato crepuscular del cine criminal scorsesiano que vendría a poner un broche de oro, cómplice pero melancólico, a una obra sostenida en gran medida por la violencia generada por el crimen organizado. Más cerca de ser un 'El hombre que mató a Liberty Valance' que un 'Grupo salvaje', 'El irlandés' es dos películas en una

    Qué nadie se alarme por la duración extrema de El irlandés: la película dura lo que tiene que durar y, si fuera más corta, sería peor. La gracia del asunto es que ésta no es otra película de gánsteres (o policíaca) (o 'posnoir') de Martin Scorsese, sino una vibrante, dramática y divertida a partes iguales ficción cinematográfica sobre la que cristaliza algo mucho más importante. El irlandés es el relato crepuscular del cine criminal scorsesiano que vendría a poner un broche de oro, cómplice pero melancólico, a una obra sostenida en gran medida por la violencia generada por el crimen organizado. Más cerca de ser un El hombre que mató a Liberty Valance (1962) -o a Jimmy Hoffa- que un Grupo salvaje (1969) -o un Otro de los nuestros-, El irlandés es dos películas en una.

    La primera parte vendría a ser el relato de gánsteres de ritmo endiablado, montaje sincopado y chulería roquera estilo Uno de los nuestros marca de la casa, donde se siguen los pasos de Frank Sheeran a medida que va creciendo escalones en el crimen organizado hasta ligarse irremediablemente a la figura de Jimmy Hoffa. En la segunda parte -cuando Hoffa sale de la cárcel-, la película vira totalmente -ojo a la música, que prácticamente desaparece, algo rarísimo en el cine de Scorsese- y se convierte en una película de amistad y traición, de honor y vergüenza. Como decía, el crepúsculo del criminal nace en el momento en que los viejos gánsteres rompen sus códigos de honor y, a partir de ahí, no son más que decrepitud esperando la muerte. Robert De Niro y Al Pacino están absolutamente increíbles en sus roles, mostrando rudeza, crueldad, fragilidad y empatía, con apenas gestos, miradas, muy pocas palabras.

    La idea peregrina de rejuvenecer a los actores con CGI es un despropósito importante, pero a Scorsese y a 'El irlandés' se les puede perdonar prácticamente todo, porque ese gesto a la moda no debería empañar una película que va a devenir en Historia del cine

    Como en los mejores filmes de John Ford, el humor se cuela en El irlandés por todas las partes imaginables, logrando crear la carcajada de la forma más inesperada en los momentos más tensos (y violentos); como en los mejores de Hawks, ésta es una película de profesionales, de colegas que hablan y hablan y hablan, definiéndose en sus palabras tanto como en sus actos. La idea peregrina de rejuvenecer a los actores con CGI es un despropósito importante, pero a Scorsese y a El irlandés se les puede perdonar prácticamente todo, porque ese gesto a la moda no debería empañar una película que va a devenir en Historia del cine. O de la televisión. Que hasta yo me lío ya con estos términos.

    ---------------

    El irlandés se estrena en cines seleccionados el 15 de noviembre y, después, el 27 de noviembre, estará disponible en Netflix. Arriba tienes su tráiler oficial.

    FBwhatsapp facebook Tweet
    Comentarios
    Back to Top