El mito de Buffy cazavampiros empezó en 1992 con una película de la que Joss Whedon prefiere no hablar. Y es que decidieron llevar la historia por otro tono muy distinto al que él había planeado en un principio, convirtiéndola en una cinta horrorosa: eliminaron los elementos más oscuros, maquillaron el humor e incluso quitaron la catarsis, donde Buffy quemaba el gimnasio para matar a todos los vampiros. Al final, el autor acabó saliendo del set de rodaje enfadado y empezó a planear la manera de hacer justicia a su historia. Cinco años después, se estrenaría su versión en forma de serie. El resto, es historia.
Buf, fy
144 episodios después, Buffy cazavampiros había reconvertido su estatus de "tan mala que es buena" en serie de culto. Y eso que la idea original de Whedon era la de "Rhonda, la camarera inmortal", la idea de una mujer que parece que está en el mundo por estar pero resulta ser extraordinaria. Cuidó tanto a su personaje y sus tramas que tuvo tiempo de añadir una de las frases más crípticas de la historia de la televisión.
Durante un sueño en la temporada 3, Faith le dice a Buffy lo siguiente: "Pequeña Miss Muffet cuenta atrás desde 7-3-0". ¿Y qué pasaba tres años después, o sea, 730 días tras este episodio? No solo Buffy moría, sino que se presentaba a su hermana, Dawn, la "pequeña Miss Muffet". Dos años de preparación sutil. Ojo a la maestría.
Los creadores tenían tanto cariño por Buffy que incluso después de su final continuó en forma de cómics (hay varias temporadas oficiales en viñetas) y podcast. De hecho, hace tiempo que se está hablando de un reboot, pero parece que no termina de cuajar del todo. Y es que a veces es mejor, simplemente, quedarnos con lo que ya tenemos, ¿no?