Desde que la televisión llegó a los hogares y empezaron a emitirse series -allá por los años 40 y 50-, ha habido grandes títulos que han pasado a la historia. Muchos son recordados con nostalgia y cariño, otros se han quedado en ciertas generaciones, sin que las siguientes las tengan en cuenta. Sin embargo, no hay tantas ficciones que, 30 años después de su estreno, continúen teniendo el mismo impacto que tuvieron en su momento.
Friends es una de las pocas que mantiene fiel a su público mientras gana espectadores nuevos y mantiene el tipo en las eternas reposiciones o maratones en Netflix. Desde luego hay bromas que han envejecido mal, hay falta de diversidad y ya nadie se cree que un grupo de treintañeros pueda vivir en una casa así en Nueva York, pero sigue manteniendo el encanto.
David Crane y Marta Kauffman crearon en 1993 esta serie para contar la vida cotidiana de un grupo de amigos que vive en Nueva York y que se enfrenta a los problemas de los veintañeros y treintañeros. Con el paso de los años se ha cuestionado mucho que las tramas sean realistas, pero en el fondo se centra en lo que todos vivimos: paro, problemas de pareja, dudas sobre el futuro, imposiciones sociales...
Los ingredientes para su éxito no están del todo claros, pero llegó en el momento justo y supo conectar con los espectadores en poco tiempo. En su estreno fue comparada con Seinfeld, otra comedia sobre un grupo de amigos en Nueva York, pero pronto se vio que estaba labrando su propio camino y que tenía un carácter único. Se pueden señalar muchos puntos a su favor, pero el principal siempre fue la química que había entre Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry y David Schwimmer.
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Por qué 'Friends' sigue siendo popular 30 años después
A pesar de que algunos temas no encajan con la moral actual -Friends peca de gordofobia, transfobia, falta de diversidad, relaciones tóxicas...- ha encontrado su hueco entre la Generación Z. No solo no han cancelado la serie -dejando a un lado algunas voces críticas que sí han señalado sus fallos-, sino que les encanta. Como recoge el medio The Week, cuando el crítico Andy Greenwald visitó su escuela secundaria en 2015, los jóvenes estudiantes reconocieron con entusiasmo que veían Netflix para devorar Friends.
Al mismo tiempo parece que, de manera accidental, ha formado el estilo de todas las generaciones posteriores. Cadenas de ropa como Primark se llenan de 'merchandising' de la serie de cuanto en cuanto con mucho éxito; pero, más allá de eso, la moda de los 90 en la que Friends influyó enormemente es el abecé del estilo de las nuevas generaciones. En 2021 Money.co.uk realizó un estudio de las búsquedas en Google y descubrió que Rachel Green era, aún décadas después de su primera aparición en televisión, quien ocupaba el primer puesto en los personajes que más inspiraban para la ropa.
El personaje de Aniston superó a Euphoria, uno de los referentes más actuales de la Generación Z. Rachel Green no solo es famoso por su corte de pelo, también arrasa con las minifaldas plisadas, las camisetas con el ombligo al descubierto o camisas de manga de trompeta. Eso sin contar con las camisetas de Nirvana o Guns N' Roses que dominan los pasillos de instituto, además de los collares ajustados y los pantalones de campana que también triunfaron en los 90.
No sabemos cuánto tiempo más durará el fenómeno Friends, pero sus 30 años de éxito ya son algo único en la industria.
