En julio de 1995 los otakus japoneses estaban de capa caída: el manga de Dragon Ball acababa de terminar después de 519 capítulos, y solo quedaba esperar a que terminara Dragon Ball Z para no tener nada más que llevarse a la boca. Sin embargo, ese mes aún les quedaba una pequeña alegría: el estreno en cine de la última película (hasta ese momento) spin-off de la serie: El ataque del dragón, en la que toda la labor de Akira Toriyama fue diseñar a dos personajes, Tapion y Minotia. Sin embargo, en España aún tuvimos un par de películas más después. ¿Te acuerdas?
Lío de bolas
Manga Films había ido sacando todas las 14 películas anteriores, desde La leyenda del dragón Xeron hasta Un futuro diferente: Gohan y Trunks, cada una cuando tocaba. Sin embargo, en 1997 decidieron invertir el hombre de las últimas cuatro: primero fue Fusión, después El ataque del dragón y terminaron con El regreso de Broly y El combate definitivo, que iban, realmente, antes. No es que importara demasiado en términos de historia -casi todas las películas iban por su cuenta-, pero no deja de ser curioso.
El motivo es bastante obvio, en realidad, y lo han contado en Hobby Consolas: la campaña titulada Vuelve Dragon Ball Z se hizo en pleno momento del boom del Super Saiyajin 3 y las fusiones, en la saga de Boo, y el público es lo que pedía. Así que según dice en Instagram el propio director comercial de la época, Juan Carlos Tous, estaba cantado lo que tenían que hacer: invertir el orden y así asegurar las ventas. ¿Quién quería ver a Broly otra vez pudiendo ver pelos rubios largos, fusiones imposibles y caras sin cejas?
Un año después, ya con la serie terminada en televisión, Manga Films volvió a la carga lanzando en VHS los episodios de Dragon Ball GT, a razón de tres por cinta. Poco podíamos imaginar que décadas después no solo seguiríamos hablando de la saga, sino que estaría en plena forma y preparando el estreno de Dragon Ball Daima. Si es que Goku, por más que Toriyama se empeñara en acabar con él, es inmortal.