Nadie daba un duro por Aquí no hay quien viva en Antena 3. De hecho, la estrenaron el 7 de septiembre casi sin publicidad, creyendo, básicamente, que iba a ser un capricho de Jose Luis Moreno, su productor. No era, ni de lejos, la gran apuesta de la temporada. De hecho, en el canal confiaban más en Un lugar en el mundo, que si no recuerdas es por algo: se retiró después de cinco episodios por baja audiencia. Todo lo contrario que los vecinos de Desengaño 21, que en su piloto cosechó un decente (para la época) 20,9% de share pero llegó a superar el 40%. Una auténtica barbaridad que, de alguna manera, tenían que aprovechar.
Aquí no hay quien sume uno más uno
A mediados de los 2000, había dos series que dominaban todas las conversaciones entre el público: Aquí no hay quien viva y Los Serrano. Empezaron el mismo año y, cada uno en su día, conseguían el mejor dato de la semana para su cadena, con una cuota de audiencia muy similar... Hasta que Telecinco decidió contraprogramar a la serie de los Caballero contraprogramándola a mediados de su temporada 2. Érase un negocio contra La Jamoneta, que cambió su fecha de emisión de los jueves a los miércoles.
¿Y qué significaba esto? Pues que empezaba una lucha cruenta por el poder de la ficción (y del mando a distancia) en España donde por fin se iba a ver si la gente era de una o de otra. Tras la emisión de los primeros episodios, no cabía duda: el público prefería a Antonio Resines. Por ejemplo, los capítulos que se enfrentaban el 19 de mayo, Érase un piso en venta contra La vuelta al cole, se diferenciaron en un 6,5% de share y 823000 espectadores (aunque ambas superaban con creces los cinco millones). ¿Cómo era esto posible?
Antena 3
Tal como cuenta Esther Díaz en TikTok, era muy sencillo: los episodios de Aquí no hay quien viva duraban alrededor de una hora (más que en la temporada 1), mientras que Los Serrano superaba la hora y media por episodio. Así que cuando se acababa un programa, los espectadores saltaban al otro, subiendo la audiencia de Telecinco. Telecinco acabó pagando 350.000 euros en forma de multa por la contraprogramación y, es más, acabó perdiendo contra Aquí no hay quien viva, que acabó alargando los episodios provocando así el rodaje más caótico de su existencia, donde los guiones llegaban la noche anterior y a trocitos, los episodios se terminaban de montar apenas media hora antes de la emisión y se emitían sin que nadie de Antena 3 pudiera verlos antes.