La mañana del 2 de noviembre de 2007 el cadáver de una joven británica llamada Meredith Kercher fue encontrado en su habitación de la casa situada en la localidad de Perugia, Italia, en la que residía como estudiante de intercambio desde hacía solo dos meses. La joven de 21 años de edad había sido agredida sexualmente y mostraba múltiples signos de violencia, golpes y cuchilladas, siendo un corte en el cuello la causa definitiva de su muerte, que se había producido la noche anterior al hallazgo del cuerpo.
Meredith Kercher compartía el piso alto de la casa junto a tres estudiantes más. Dos jovenes italianas, Filomena Romanelli y Laura Mezzetti, y Amanda Knox, una joven estadounidense que, como ella, había ido a parar a Perugia como estudiante de intercambio apenas un par de meses antes.
El nombre de Amanda Knox rápidamente se situó en el centro del que terminaría siendo uno de los casos criminales más mediáticos de la historia. Casi desde el primer momento, la policía sospechó de Knox y se su novio italiano, Raffaele Sollecito, en quienes advirtió un comportamiento extrañamente poco empático hacia la muerte de Meredith y cuyas huellas -luego se supo que erróneamente- estaban en la escena del crimen. La historia rápidamente llamó la atención de la prensa sensacionalista, que quedó cautivada por la sospecha de que el asesinato podría haberse producido en el contexto de un juego sexual en el que había participado tanto la pareja como un vagabundo de la zona llamado Rudy Guede que, efectivamente, había sido el autor del crimen.
Acusados formalmente, Knox y Sollecito fueron juzgados y declarados culpables del asesinato de Kercher y condenados a más de 20 años de prisión de los que cumplieron cuatro. Después, se demostró que habían sido víctimas de un error judicial y fueron absueltos y exonerados por el Tribunal Supremo.
Desde entonces, Amanda Knox, que ahora tiene 38 años y es una mujer libre y madre de dos hijos, ha contado su historia en varias ocasiones: a través de la publicación de dos memorias, la película documental de Netflix de 2016 Amanda Knox y en su propio podcast. Al mismo tiempo, su historia ha sido dramatizada en dos ocasiones: una película de Lifetime sobre el caso y la película de 2021 Cuestión de sangre, claramente inspirada en el caso.
Knox, que ya entonces se quejó públicamente de que la película de Matt Damon se había lucrado de su historia sin su consentimiento, ha querido recuperar la narrativa del relato con Amanda Knox: una historia retorcida, una serie de ficción de Hulu que acaba de estrenarse en Disney+.
Creada por K.J. Steinberg como adaptación de las memorias de Amanda Knox Waiting to Be Heard: A Memoir y producida, entre otros, por la propia Knox y Monica Lewinsky, la serie tiene un objetivo claro para ella: "Mi misión es ayudar a la gente a comprender lo que realmente sucede cuando la justicia falla", contó a AP News.
Mientras la familia de la víctima lamenta que no deje de lucrarse de la historia y que, una vez más la nueva serie se centre en ella -tal y como ha contado el abogado de los Kercher a The Telegraph, Knox sintió lo mismo con la película de Matt Damon en 2021.
Cuestión de sangre, que se inspira en su historia aunque no la nombre, fue un golpe para ella, que ha tenido que hacer frente a su estigma durante casi 20 años.
"¿Me pertenece mi nombre? ¿Mi cara? ¿Y mi vida? ¿Mi historia? ¿Por qué mi nombre hace referencia a hechos en los que no tuve nada que ver? Vuelvo a estas preguntas porque otros siguen lucrándose con mi nombre, mi rostro y mi historia sin mi consentimiento. Recientemente, la película la Cuestión de sangre", tuiteó.
"Esta nueva película del director Tom McCarthy, protagonizada por Matt Damon, está 'vagamente basada' o 'directamente inspirada' en la 'saga de Amanda Knox', como lo describió Vanity Fair en un artículo con fines de lucro que promocionaba una película con fines de lucro, con la que no estoy afiliada", continuaba Knox en el hilo. Quiero detenerme aquí en esa frase: 'la saga de Amanda Knox'. ¿A qué se refiere? ¿Se refiere a algo que yo haya hecho? No. Se refiere a los sucesos que resultaron del asesinato de Meredith Kercher a manos de un ladrón llamado Rudy Guede. Se refiere a la deficiente labor policial, la visión estrecha de la fiscalía y la negativa a admitir sus errores que llevaron a las autoridades italianas a condenarme injustamente en dos ocasiones. En esos cuatro años de encarcelamiento injusto y ocho años de juicio, mi capacidad de decisión fue prácticamente nula. Todos los demás en esa 'saga' tuvieron más influencia que yo en los acontecimientos. La errónea atención que las autoridades me dieron llevó a una errónea atención de la prensa, lo que influyó en mi imagen. En prisión, no tenía control sobre mi imagen pública, ni voz en mi historia".
De hecho, como la familia Kercher, Knox lamenta que sea su nombre y no el de Meredith el que destaca en el caso, algo que también lamenta que se le atribuya a ella. "Esta atención centrada en mí llevó a muchos a quejarse del olvido de Meredith. Pero, claro, ¿a quién culpaban? Ni a las autoridades italianas. Ni a la prensa. ¡A mí! De alguna manera, fue culpa mía que la policía y los medios de comunicación se centraran en mí a costa de Meredith. Como resultado, 15 años después, mi nombre es el nombre asociado a esta trágica serie de acontecimientos, en los que no tuve ninguna influencia. El nombre de Meredith suele omitirse, al igual que el de Rudy Guede".