José Ramón y Berta acaban de recibir la noticia del casero de que deben abandonar su piso de alquiler. Como muchos otros jóvenes, se ven atrapados en la jungla inmobiliaria de Madrid sin demasiadas opciones para salir de ella. Su única solución es esperar a que la madre de Tinín muera y puedan instalarse en su piso cuando se vaya al pueblo.
Después de los 12 meses de crisis matrimonial que vivieron en la primera temporada, José Ramón y Berta regresan mejor que nunca en la temporada 2 de Poquita fe, solo que sin piso. Este arco central que pega totalmente con la actualidad de las grandes ciudades surgió de manera accidental cuando buscaban ideas para una nueva tanda de episodios.
"Sinceramente, no sé cómo dimos con ello, con que les iban a echar del piso. No sé como surgió, pero cuando surgió dijimos: 'tenemos un cronómetro marcha atrás que está muy bien para cambiar el estilo de la serie'. Y luego, claro, tienes un montón de personajes de la primera temporada que se convierten un poco en las sucesivas soluciones", cuenta Pepón Montero junto a Juan Maidagán, los dos creadores de la serie de Movistar Plus+, en una entrevista con SensaCine.
El éxito de la primera temporada les pilló, como a todos, desprevenidos. "A ver, yo tenía confianza, aunque no esperaba que fuera el éxito que ha sido", recuerda Montero.
También, como fue muy difícil de vender... Cuando tienes algo que te cuesta venderlo, que no lo aceptan a la primera, te queda esta actitud rebelde de 'os vais a cagar. Va a ser buenísimo
Su compañero, Maidagán, añade que sabían que "el formato producía mucha risa" porque ya lo habían testado con amigos y en círculos pequeños, pero nunca "imaginaba que iba a ser esto".
Así que cuando les pidieron escribir más capítulos centrados en las miserias de Berta y José Ramón se quedaron sorprendidos y un poco asustados. "Para la primera sí que llevábamos tiempo acumulando cosas sobre la vida de la pareja. Para esta segunda temporada había que empezar de cero", señala Maidagán. "No queríamos hacer lo mismo otra vez, otro año, eso nos echaba para atrás. A mí eso me aburría. Cuando dimos con esta idea [de la vivienda], pues yo creo que salvamos. Y también dijimos, ¿puedo otra vez 12? No. Son muchos. Por eso son 8", añade.
Movistar Plus+
A lo largo de estos ocho episodios vemos cómo Berta y José Ramón buscan un nuevo hogar mientras tienen que adaptarse a vivir con los padres de ella. Todo termina de desmoronarse cuando llega la hermana, que acaba de dejarlo con la novia y también se ha quedado sin piso.
El dúo de creadores no coge sus influencias de nada externo. "Cuando estamos escribiendo, si algo nos recuerda a alguna serie decimos: 'fuera, fuera", asegura Montero. "Sí, que no se parezca nada. Intentarlo, por lo menos. Que sea la verdad. Como sale de la calle, pues cuanto menos se parezca...", añade Maidagán. Y ese es precisamente el secreto de que Poquita fe haya enganchado tanto al público, su cercanía con la realidad de muchos. "Yo creo que hasta el vecino tiene cosas mías. Sí, pero por ejemplo, la secuencia esta de la discusión de pareja que tienen la primera temporada. Yo creo que eso todo el mundo lo ha tenido, ¿no? Y todo el mundo ha pensado, ¿por qué se levanta este y se pone detrás cuando estoy hablando?", apuntan.
"Decía Raúl [Cimas] que en esta serie tenía todo el rato la sensación de estar estorbando"
Raúl Cimas y Esperanza Pedreño retomaron sus personajes con mucha seguridad en esta segunda temporada. "Yo creo que están mejor que en la primera. Todos lo han pillado con muchas ganas", explica Maidagán, pero también reconoce que no hay lugar a la improvisación. Los episodios tienen muchos cortes y está todo medido en el guion para que las réplicas tengan sentido en el montaje.
"Decía Raúl [Cimas] que en esta serie tenía todo el rato la sensación de estar estorbando. Porque llegaba, decía una frase o hacía una mirada y ya está: 'corte'. Fuera, que vamos a mover focos. Tenía la sensación de estar estorbando porque tiene que ir a una cosa muy concreta. Luego, cada capítulo funciona como una maquinaria con muchas piezas. O sea, cada capítulo tiene 400 cortes más o menos. En alguna secuencia concreta pueden improvisar, pero muy poquito la verdad. Por lo demás es: di tu frase porque es que si no luego no pega con la siguiente que vamos a rodar otro de día", explica Montero.
Así se han forjado ocho episodios de unos 15 minutos de duración que vuelven a hablar de la vida cotidiana desde una forma nada convencional. La segunda temporada de Poquita fe se estrena el 25 de septiembre.