La serie It: Bienvenidos a Derry llega con el peso del mito de Pennywise -el payaso que aterró a varias generaciones- y, por otro, la dificultad de contar una precuela de un relato ya tan popular sin caer en la repetición o en distraerse con explicaciones innecesarias. Sin embargo, los 'showrunners' -y responsables de las dos entregas cinematográficas- Andy y Barbara Muschietti no solo cumplen, sino que elevan ciertos elementos del terror, de la ambientación y de la mitología creada por Stephen King.
La serie arranca sin cortarse desde sus primeros capítulos: contiene escenas gráficas cargadas de gore y terror que no se anda con medias tintas. Es una ficción tan sangrienta -llegando incluso en algunos casos a ser cruel con sus personajes- que puede pillar desprevenido al espectador. Los Muschietti han sabido jugar sus cartas y esta ficción televisiva llega a ser, por momentos, más perturbadora que las películas. Nadie está a salvo en esta precuela bañada en sangre. Además su atmósfera funciona porque la historia no pretende solo asustar ocasionalmente, sino sumergir en una sensación de mal que envuelve a la ciudad, la infancia, y a la propia historia misma. Hay un compromiso estilístico con el terror que va más allá del ‘jump scare’ barato.
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It: Bienvenidos a Derry no se limita a repetir lo que ya sabemos de Pennywise, sino que explora sus orígenes, el contexto de la ciudad, los traumas sociales, raciales y generacionales que subyacen en ella. No sólo habla de los primeros pasos del ser maligno con forma de payaso que proviene de un lugar desconocido, sino que dirige su mirada a esa generación estadounidense para mostrar lo verdaderamente horrible que podemos ser como seres humanos. A través del escenario de los años 60, la serie aprovecha un contexto histórico marcado por la Guerra Fría, lo que añade profundidad temática; es un paso nuevo -y bien orquestado- en la franquicia creada por Stephen King. En ese sentido, se vuelve más que un relato de terror puro: también es un espejo de la sociedad norteamericana de la época y de cómo el mal (tanto sobrenatural como humano) operaba en la cotidianidad. Su argumento se podría tomar como una advertencia respecto a los momentos oscuros que vivimos actualmente.
En el apartado del reparto, la joven Lilly (Clara Stack), el adulto Dick Hallorann (interpretado por Chris Chalk) aportan nuevos matices a la historia original de King. El joven elenco también está a la altura: aporta nueva profundidad emocional y los momentos de pánico e histeria que viven elevan el conjunto. También la elección de mantener a Bill Skarsgård como Pennywise ayuda a la continuidad de tono, pero los Muschietti confían en que otros personajes lleven parte del peso, lo que amplía el universo y no solo se apoya en el villano para causar situaciones terroríficas. Han encontrado la manera creativa de hacer que el monstruo cause estragos sin tener que aparecer en cada episodio, lo que es un acierto narrativo.
“Es aterrador”: Stephen King ya ha visto la serie de terror más esperada de 2025 y da su visto buenoTerror visceral y sin miramientos
Uno de los grandes aciertos es que esta serie no se anda con medias tintas: abraza el 'body horror', la violencia y el gore. Esto la convierte en una opción para quienes quieren terror realista, sangriento y no solo de ambientación. Es todo un torrente de criaturas y monstruos, que se conecta debidamente con los terrores de la novela de King. En un momento en que muchas series de terror bajan el listón o suavizan lo extremo para un público amplio, los Muschietti apuestan por lo contrario, lo cual es un giro muy positivo.
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Sin embargo, ¿era necesaria una precuela? Su visionado justifica su existencia: no está creada solo para explotar la nostalgia, sino para expandir la mitología y para dar vida a lo que se insinúa en los cinco interludios ambientados en 1958 de la novela de King. Es una serie que realmente engancha al espectador, no explicando lo que ya habíamos visto en las películas, sino haciendo que tengamos hambre de entender cómo llegamos hasta allí. Esta sensación de frescura y motivación narrativa hace que la serie no parezca una repetición de actos sino un añadido al universo.
It: Bienvenidos a Derry es, sin duda, una de las propuestas más interesantes del reciente panorama de terror televisivo. Su combinación de cuidada producción, reparto competente, ambientación terrorífica y escenas sin concesiones la convierte en una experiencia que vale la pena ver, sobre todo para quienes son fans del universo de Stephen King o simplemente aman el género. Es una ficción que respeta el legado (mantiene los elementos centrales) pero también lo expande, lo profundiza y añade capas nuevas: sin ser perfecta, sus aciertos pesan más que sus debilidades.