Las docuseries se han convertido en uno de los pilares fundamentales de Netflix. Un formato, perfecto para narrary ahondar en algunos de los temas más mediáticos y conflictivos de los últimos años, que parece haber conquistado a los usuarios de la plataforma. Esta semana el gigante del 'streaming' estrena La Línea: La sombra del narco, la serie documental sobre la lacra que sufre la localidad gaditana como consecuencia del crecimiento exponencial del narcotráfico.
Para el rodaje de la producción, llevada a cabo por Cuerdos de Atar en colaboración con Mediaset, se ha contado con el testimonio de más de 80 personas, en su mayoría agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En primera persona narran cómo, día tras día, intentan lidiar y poner freno al conflicto que se vive en la zona. Una zona que, en palabras de uno de los policías implicados, es conflictiva "por su situación geoestratégica", y como consecuencia, "es paso obligado de los tres flujos que más preocupan a España y Europa: el terrorismo, el narcotráfico y las redes de inmigración ilegal".
Más de 336 horas de grabaciones han sido necesarias para filmar la situación que se vive en uno de los escenarios más problemáticos de nuestro país. Decenas de horas que se han condensado en un total de 128 horas, divididas en cuatro episodios de poco más de 30 minutos cada uno. "Cada noche, los policías se enfrentan a los narcos en una batalla por evitar el tráfico de sustancias ilegales". Con estas palabras comienza el primer capítulo de La Línea: La sombra del narco, una miniserie que pretende mostrar no sólo el drama provocado por el conflicto que se vive en la localidad, sino cómo los agentes se juegan la vida cada noche ante los clanes y los narcos que les han perdido el miedo.
La pequeña Medellín
Además de los miembros de las Fuerzas de Seguridad, otro de los testimonios clave en la producción es el del alcalde de La Línea, Juan Franco, quien considera que es uno de los "alcaldes con más problemas de Europa". Franco reconoce que, aunque "es sólo una minoría la que se dedica a actividades ilegales como el narcotráfico y el contrabando de tabaco", la mayor parte de la economía que se genera en la localidad "es legal". Sin embargo, admite que hay que ser precavido, porque como apunta hay quienes se refieren a La Línea como la pequeña Medellín -el municipio colombiano donde tenía su sede el famoso cártel liderado por Pablo Escobar.
El alcalde linense muestra su preocupación, porque reconoce que la situación que se vive en la localidad está haciendo mucho daño al turismo. "La imagen que tiene la ciudad está por los suelos. A quién le vas a decir vente a mi pueblo que tengo 12 kilómetros de playas. Todo el que viene se va encantado. El problema es cómo les convences para que vengan", explica Franco.
Este es sólo un pequeño avance de las imágenes y las declaraciones recogidas en la miniserie documental de Netflix, La Línea: La sombra del narco, cuyos cuatro capítulos ya están disponibles en la plataforma.
