Largometraje español del , de una duración de 101 minutos, con una valoración personal de 6/10, bajo dirección de Tarrasa Albert Pinto y guión de Fernando Navarro, con un presupuesto de 4 millones de euros.
Si algo demuestra este trabajo es que el cine policiaco, es un genero que empezamos hacer bien en España, y además dándole esa patina genuina nuestra de nuestras realidades, en el submundo del tráfico de droga de un thriller gaditano, en el que se debaten sus tre protagonista de forma magistral Luis Zahera (Mateo), Karra Elejalde (Juan) y Jesús Carroza (Benito), y excelente secundaria Vicente Romero (El Colorado), en que ante ante la tragicomedia, el compadreo, y la amistad distantes personajes personajes se unen y se desunen en giros y contra giros.
Tal vez a la historia le falte más protagonismo y profundidad de ellas, sostén emocional, de estos amigos tres amigos desde la juventud superados por los años, ante la violencia, las trampas, la chulería y, los métodos de las nuevas generaciones, y que convierten en esta trama, como una focalización de salir en que se han convertido, en tristezas, añoranzas, e impotencias, de desgraciados, perdedores y soñadores.
Con una extraordinarias tomas y, fotografía con un carácter crepuscular y de western que, con ayuda de los escenarios, consiguen reflejar tales sensaciones y cautivarme en los momentos de acción, y envolvente interpretación que humaniza sus personajes.
Falla como denuncia social, ante llevarlo al gasterismo usa de todos contra todos. Se pretende denunciar el descontento social y la mala situación de Cádiz por culpa del auge de las mafias de narcotráfico y la mala gestión de la justicia y la ley, pero todo es pasajero en la historia, y acaba por ser un simple momento hacia una anécdota de supervivencia.
El desarrollo hasta la problemática es lento, y aunque eso nunca sea un problema, se convierte en cuando las subtramas, en este caso secundarias, no son aburridas, pero sí superficiales.
Profunda emociones reflejadas; Una amistad familiar perenne; Impotencia envuelta con codicia. El bien y el mal es una mezcla confusa local. La trama puede resultar previsible y la narración a veces se dispersa. Su atmósfera y ritmo: logra crear escenas tensas y opresivas, con un ritmo que combina momentos de calma con escenas de acción intensas. Ritmo que si bien la película tiene momentos de mucha acción, en otros el ritmo puede resultar lento y la narración puede dispersarse, lo que puede afectar la experiencia del espectador.
Largometraje español del , de una duración de 101 minutos, con una valoración personal de 6/10, bajo dirección de Tarrasa Albert Pinto y guión de Fernando Navarro, con un presupuesto de 4 millones de euros.
Si algo demuestra este trabajo es que el cine policiaco, es un genero que empezamos hacer bien en España, y además dándole esa patina genuina nuestra de nuestras realidades, en el submundo del tráfico de droga de un thriller gaditano, en el que se debaten sus tre protagonista de forma magistral Luis Zahera (Mateo), Karra Elejalde (Juan) y Jesús Carroza (Benito), y excelente secundaria Vicente Romero (El Colorado), en que ante ante la tragicomedia, el compadreo, y la amistad distantes personajes personajes se unen y se desunen en giros y contra giros.
Tal vez a la historia le falte más protagonismo y profundidad de ellas, sostén emocional, de estos amigos tres amigos desde la juventud superados por los años, ante la violencia, las trampas, la chulería y, los métodos de las nuevas generaciones, y que convierten en esta trama, como una focalización de salir en que se han convertido, en tristezas, añoranzas, e impotencias, de desgraciados, perdedores y soñadores.
Con una extraordinarias tomas y, fotografía con un carácter crepuscular y de western que, con ayuda de los escenarios, consiguen reflejar tales sensaciones y cautivarme en los momentos de acción, y envolvente interpretación que humaniza sus personajes.
Falla como denuncia social, ante llevarlo al gasterismo usa de todos contra todos. Se pretende denunciar el descontento social y la mala situación de Cádiz por culpa del auge de las mafias de narcotráfico y la mala gestión de la justicia y la ley, pero todo es pasajero en la historia, y acaba por ser un simple momento hacia una anécdota de supervivencia.
El desarrollo hasta la problemática es lento, y aunque eso nunca sea un problema, se convierte en cuando las subtramas, en este caso secundarias, no son aburridas, pero sí superficiales.
Profunda emociones reflejadas; Una amistad familiar perenne; Impotencia envuelta con codicia. El bien y el mal es una mezcla confusa local. La trama puede resultar previsible y la narración a veces se dispersa. Su atmósfera y ritmo: logra crear escenas tensas y opresivas, con un ritmo que combina momentos de calma con escenas de acción intensas. Ritmo que si bien la película tiene momentos de mucha acción, en otros el ritmo puede resultar lento y la narración puede dispersarse, lo que puede afectar la experiencia del espectador.