Stéphanie es una agente de policía de Asuntos Internos que la envían a investigar el caso 137: un joven gravemente herido durante una manifestación en París. Aunque no hay indicios claros de abuso policial, el caso da un giro inesperado cuando descubre que la víctima es originaria de su ciudad natal.
Este vínculo personal despierta en ella recuerdos enterrados y cuestionamientos profundos sobre su rol en el sistema. Lo que comenzó como una investigación rutinaria se convierte en una búsqueda íntima de justicia, identidad y verdad.