Crítica de SensaCine.com para La leyenda de Galgameth: La cría del dragón deshidratado

Aunque Sean McNamara terminaría por encontrar su sitio como productor de series de televisión dirigidas al público infantil-juvenil, su primer largometraje 'La leyenda de Galgameth' es una insólita co-producción entre EE UU y Rumanía con forma de cine fantástico de aventuras medievales para toda la familia. En una indeterminada Edad Media, el Caballero Negro mata al rey Henryk, un monarca bondadoso muy querido por sus súbditos, y le sustituye como un gobernante tiránico y malvado. Cuando el príncipe Davin desea vengar la muerte de su padre, una estatua de la familia con forma de dragón cobra vida y se transforma en un pequeño ser a caballo entre E.T. y los integrantes de latex de la serie 'Dinosaurios'.

Cada vez que el llamado Galgameth come metal aumenta de tamaño hasta convertirse en un gigantesco dragón capaz de escupir fuego. Si bien el diseño del dragón (y su intento de "personalidad") rozan lo lamentable, los efectos especiales parecen lo suficientemente esforzados para una producción pequeña, aunque no pueden evitar caer en el ridículo. Eso sí, no tanto como la progresión argumental, de tiralíneas infantiloide en su forja del héroe, que no tarda en convertirse en una sucesión constante de deus ex machina en los que todo parece tener solución aumentando el tamaño y poder de Galgameth alimentándolo a base de metal.

A favor: Como no sea el flequillo de Elizabeth Cheap...

En contra: Es demasiado larga como para funcionar a modo de entretenimiento lisérgico.