Staham style
por Rodolfo SánchezEl tándem formado por Mark Neveldine y Brian Taylor escriben y dirigen 'Crank: Veneno en la sangre', lo cual resulta insólito y curioso: dos cerebros para dar forma a un guion y, después, a unas imágenes, cuando medio cerebro, incluso menos, podría haber conseguido algo, sino igual, sí francamente parecido. 'Crank: Veneno en la sangre' es pura y simplemente un producto ideado para su protagonista, Jason Staham, héroe de acción de los últimos años que ha dado forma a un concepto de cine de acción muy particular aunque beba directamente de aquellas películas de pura adrenalina de los ochenta.
Lo peor es que el discurso moral más o menos viene a ser el mismo casi treinta años después, algo preocupante o que como poco debería dar de pensar si no fuera porque queda claro que los responsables de la película apenas ponen demasiado interés en ello. Y si ellos no lo hacen, para qué vamos a hacerlo los demás. 'Crank: Veneno en la sangre' es vomitaba en todos los sentidos aunque indudablemente puede entretener.
A favor: Que en el fondo es un thriller eficiente.
En contra: Que esa eficiencia enmascara la nada.