Crítica de SensaCine.com para Penélope: Cuento de hadas y gorrinos

En una época en la que las ideas originales y no respaldadas por materiales previos tienen una vida difícil en Hollywood, es todo un alivio encontrar este cuendo de hadas actual y urbano en co-producción británico-estadounidense. Con guión del autor teatral Leslie Caveny, el director Mark Palansky consigue dar el tono adecuado de realismo mágico a una historia que en manos de, por ejemplo, un Tim Burton podría haberse convertido en un desastre de proporciones descomunales. Penélope (Christina Ricci) es una joven veinteañera, hija de familia aristocrática, que nunca ha salido al exterior por recelo de su madre (Catherine O'Hara, fantástica y desatada de sufridora, como siempre) ante que el mundo descubriera su nariz de cerdo, causada por una maldición centenaria sobre la familia.

El argumento de cuento de hadas no se queda ahí y, a lo largo de su aventura, Penélope recibirá la ayuda de un hada (Reese Wihterspoon) y el acoso de un enano tuerto (tronchante Peter Dinklage) mientras busca al príncipe que pueda salvarla. En una última decisión digna de aplauso dentro de la lógica del cuento con moraleja, ni el pretendiente malo (Simon Woods) ni el bueno (James McAvoy) juegan un papel determinante en la aceptación de Penélope (¡emancipada!). Forma genial de rematar una comedia familiar que también aprovecha para criticar la obsesión por la fama mediática y dar una visión actual y personal sobre las historias que nos contamos para comprender el mundo.

A favor: Por encima de todas las estupendas interpretaciones, la presencia de James McAvoy es absolutamente magnética.

En contra: Que no se atrevan a llevar más lejos los elementos fantásticos.