Play Boy: El rey del mando

Alex tiene 35 años y un trabajo algo inusual: se dedica a probar videojuegos en la empresa Brainasium. Gracias a su larga experiencia en la compañía -es el más veterano-, Alex goza de cierto reconocimiento y estabilidad. Sin embargo, fuera del trabajo no todo va tan bien.

Debido a que su compañero de piso, asiduo a visitar clubes de alterne, no paga el alquiler, el protagonista se ve en la calle. Desesperado, intenta instalarse en casa de unos amigos, pero ninguna de las opciones llega a fin con éxito. Uno de los conocidos a los que acude, cuya profesión conocida es la de traficante de droga, acaba de instalar en casa a un león que ocupa todo el espacio libre.

Agotadas las posibilidades, la única alternativa que le queda a Alex es irse a vivir con su abuela y unas compañeras de piso de ésta algo "mayorcitas". A pesar de que la media de edad de estas amigas ronda los ochenta años, muchas jovencitas desearían tener su marcha. Las abuelas no se perderán ni uno de los fiestones que organiza el joven. Verdaderos cocktails de alcohol, sustancias prohibidas y ganas de pasarlo bien, que aseguran superar la ficción de los videojuegos a los que Álex está acostumbrado.