Crítica de SensaCine.com para Los calientabanquillos: La liga de los novatos

Aunque 'Jack y su gemela' no había por donde cogerla, Dennis Dugan sigue siendo uno de los principales generadores de guilty pleasures de la actual comedia norteamericana. Antes de firmar dos títulos tan reivindicables como 'Os declaro marido y marido' y, sobre todo, 'Zohan: licencia para peinar', dirigió esta comedia en que tres perdedores natos, los chavales a quienes siempre pegaban en el instituto, deciden montar su propio equipo de baseball como terapia para recobrar seguridad en sí mismos y otorgarla a niños que están pasando por el mismo calvario que ellos sufrieron de pequeños. Protagonizado por el trío de friquis Rob Schneider, David Spade y John 'Napoleon Dynamite' Heder, la película combina el humor nerd-exploitation con la tierna reivindicación de los marginados de patio de colegio, los chistes vulgares con la desmitificación cómica, a veces al borde de lo políticamente incorrecto, de ciertas fobias sociales o defectos físicos en una celebración nada triunfalista de los humillados, los segundones, los raritos y los arrinconados.

Lo mejor: La capacidad para fusionar humor trash y naíf.

Lo peor: Demasiado baseball.