Ambientada en 1937, en un colegio de Sant Julià de Vilatorta y en plena guerra civil, un cineasta en la clandestinidad y unos niños huérfanos disfrazados de sultanes y exploradores ruedan una exótica película de aventuras. A lo largo del documental, sus protagonistas reviven aquellos días de la infancia cuando, al fin, pudieron cambiar las batas por turbantes orientales, mientras la realidad imponía su propio baile de disfraces con uniformes militares y curas vestidos de paisano.
Elisabet Cabeza y Esteve Riambau son los cineastas encargados de dirigir este largometraje con una fuerte influencia histórica, la misma que les tocó vivir a estos niños ahora convertidos en adultos.
