Desde que Francis Ford Coppola presento su versión de Drácula, hay que reconocer que hubo un resurgimiento de los monstruos clásicos creados por Universal y llegaron a presentar mejores versiones de estos personajes sin perder su esencia. El Drácula de Gary Oldman, el Frankenstein de Robert De Niro, la momia de Arnold Vosloo, el fantasma de la ópera de Gerard Butler, el Van Helsing de Hugh Jackman y hasta el hombre invisible de Kevin Bacon lograron ser dignas actualizaciones de sus contrapartes originales. El hombre lobo de Benicio Del Toro también cumple el mismo estatus de los anteriores mencionados y, ya que The Wolf Man fue la única película popular de los monstruos clásicos que faltaba resucitar, al fin lo hicieron y crearon una película que le hace honor a su versión de 1941.
La película narra la historia de una manera diferente a la original, pero tiene cambios que funcionan y no deja de lado mucho de lo que ha caracterizado a la película original. Aquí el enfoque es usar la maldición del hombre lobo como una maldición familiar. Cuando Lawrence es infectado con la maldición, en la película se va viendo que esta maldición se convierte en algo que estaba predestinado para la familia Talbot. La película original hacía ver la maldición como algo que a Lawrence le toco solo por azares del destino. En esta película no se siente como algo casual y al ir descubriendo cómo murió la madre de Lawrence realmente, eso hace que la maldición de Lawrence no parezca una mera coincidencia. Aquí se siente como si la licantropía fuera una enfermedad de familia y tiene puntos bastante favorables sobre el tema. El cómo empezó la maldición de los Talbot debido a un encuentro con un niño de la India, ya hace un guiño a la licantropía como un fenómeno común en la India debido a los casos de niños que fueron criados por lobos y que los humanos que han crecido en el bosque con actitudes animales fue uno de los antecedentes sobre la licantropía como parte de las antiguas creencias. El sacerdote que aparece en la película menciona el momento en que el rey Nabucodonosor se convierte en bestia mezclando la parte del texto bíblico donde el rey se vuelve loco con la imagen del lobo como bestia del diablo según el cristianismo. Esto es una referencia a la licantropía clínica que también es mencionada en la película. Aunque la película no se enfoca en la parte psicológica, hay un balance entre el mito y la influencia mental de la licantropía. Aunque en la película Lawrence obtiene la maldición tras ser mordido, la forma en que la película hace que la maldición parezca algo que afecta a la familia Talbot es como si la licantropía ya fuera de por sí una enfermedad que se transmite por herencia familiar. Debido a que la licantropía está vinculada a la esquizofrenia, la cual es una enfermedad mental que puede ser hereditaria, la película supo cómo manejar el tema de la licantropía en el lado psicológico. Tanto en esta película como en la versión de 1941 vemos cómo la mente de Lawrence se va desmoronando por su maldición.
Los actores principales Benicio Del Toro, Anthony Hopkins, Emily Blunt y Hugo Weaving son asombrosos y sus personajes construyen una excelente narrativa en la película. El escenario y la época es el mismo que el de la película original. Orientada en el siglo XIX, la película tiene un maravilloso estilo gótico que se puede contemplar en la producción y en el vestuario. La banda sonora de Danny Elfman también tiene ese sabor que el compositor ha aplicado al ambiente de las películas de Tim Burton. El maquillaje de Rick Baker respeta bastante el maquillaje del hombre lobo original y debido a que Baker es fan de la película original, pudo mantener la esencia de la criatura mientras le daba un aspecto mucho más feroz. Tanto el maquillaje como el CGI pudieron brindar una versión mejorada del hombre lobo. Después de la película original, el hombre lobo ha ido evolucionando y la llegada de los efectos prácticos, los animatronicos y los efectos digitales pudieron brindar versiones más salvajes y dinámicas de este monstruo. Películas como The Howling y An American Werewolf In London brindaron versiones más animalísticas del hombre lobo con transformaciones más carnales. Con la llegada del CGI, se pudieron ejecutar transformaciones más fluidas y crear hombres lobos mucho más ágiles. En esta película, el hombre lobo tiene más agilidad, puede caminar en cuatro patas y hacer grandes saltos. Aquí le pudieron dar al hombre lobo habilidades que no tenía en las películas que se produjeron en los años 40. Este hombre lobo logra ser una digna reencarnación de la versión de Lon Chaney Jr.
Definitivamente, The Wolfman (2010) es una de las mejores reencarnaciones de los monstruos clásicos y revitalizo adecuadamente el clásico que dio origen al hombre lobo moderno. Lo malo es que la película no tuvo el reconocimiento que se merecía en su momento y merece un lugar junto a las películas de Drácula y Frankenstein que fueron producidas por Coppola. Esta es una película que respeta el legado de los monstruos clásicos y por eso duda merece ser vista. Mi calificación final para esta película es un 10/10.