Parece que Farewell estuvo en París a finales de los años sesenta y que apreciaba la cultura francesa. Por eso Christian Carion tuvo a idea de hacerlo un apasionado de la poesías de Léo Ferré.
El cine francés no suele sacar en pantalla a presidentes y hombres de política. Poder reunir a Mitterrand y Reagan en escena fue una de las razones que motivaron a Christian Carion a participar en el proyecto: "Admiro el cine anglosajón, que no vacila a la hora de hablar de su entorno político a través de las películas"
"Al contrario que muchos thrillers y películas de espionaje, en el guion había una dimensión humana y espiritual que me llegaron. Es muy raro que ocurra esto en este tipo de películas, que se da tanta importancia al individuo"
"Emir [Kusturica] no es alguien fácil de domesticar y me costó tiempo comprenderlo", cuenta Guillaume Canet. "Tiene un carisma extraordinario y hay algunas cosas que me sorprendieron de su comportamiento, pero que después sirvieron para la composición de su personaje. Tiene una presencia descomunal en la pantalla"