Antes de dirigir Bloody Sunday y romper todas sus expectativas con la exitosa saga de Bourne, Paul Greengrass realizó un melodrama con enfermedad protagonista protagonizado por Kenneth Branagh y Helena Bonham Carter, basado en un caso real, y con el apoyo en la producción de la división para filmes de la BBC.
Branagh interpreta a Richard, un artista depresivo que ansía volar solo con su propio cuerpo y cuyas tentativas han provocado conflictos en su entorno más inmediato. Tras intentar saltar desde un edificio público, se le impondrá un trabajo comunitario que consiste en asistir a una joven que sufre una enfermedad neuronal degenerativa. Jane Hatchard tiene limitaciones motoras, pero como Richard también tiene un sueño, aunque este es bien distinto: perder su virginidad. Aunque los actores son lo más destacable del filme, la película se centra en exceso en Richard y no logra un equilibrio entre ambos protagonistas, además de cargar las tintas dramáticas hacia el final, con una blanda intencionalidad buenista y también lacrimógena que la acercan en demasía a las características menos remarcables y más típicas de un telefilme.
A favor: Helena Bonham Carter.
En contra: Que el guión descuide el desarrollo del personaje de Jane.