Crítica de SensaCine.com para Amor inmortal: Beethoven y sus mujeres

Dentro de la numerosa y poco satisfactoria cantidad de películas biográficas sobre grandes compositores de la historia de la música —donde 'Crónica de Anna Magdalena Bach' (Danièle Hullet & Jean-Marie Straub, 1968) sigue siendo la obra maestra imbatible y 'Amadeus' (Milos Forman, 1984) el mayor logro de Hollywood—, esta 'Amor inmortal' centrada en Ludwig van Beethoven tiene el acierto de elegir una aproximación original a la vida del compositor alemán. Lo hace a través de los testimonios de distintas mujeres que pasaron por su vida y mediante una estructura narrativa reminiscente de la de 'Ciudadano Kane': a la muerte del genio, su secretario personal (Anton Schindler, interpretado por Jeroen Krabbé) inicia una investigación para averiguar a quién se refería su jefe con el misterioso apelativo de "amor inmortal" escrito en una carta de amor encontrada en su escritorio.

Gary Oldman interpreta a Beethoven con convicción, aunque no evita ciertos manierismos innecesarios a medida que la edad, la degradación física y la sordera que derivaría en locura hacen mella sobre el personaje. Hay aspectos melodramáticos y efectistas que pueden distraer demasiado de lo importante, pero, por lo general, el director Bernard Rose, también autor del guión, hace un trabajo competente que puede servir para arrojar algo de luz (y bastante de mito romántico) sobre una de las grandes figuras del arte occidental. 

A favor: El uso de la obra de Beethoven en la banda sonora.

En contra: La subtrama del hijo/sobrino del compositor se lleva demasiado tiempo de narración.