Cuatro minutos

Lesbianismo, nazismo, suicidios, abusos infantiles, partos que desembocan en la muerte del bebé y una cárcel de mujeres, todo aderezado con música de Schubert y Schumann. Cualquiera diría que estamos leyenda la sinopsis de una carátula de uno de esos exploits que antes encontrabas en las estanterías más discretas de los videoclubs de importación, pero no. 'Cuatro minutos' se sitúa en la ola de este nuevo cine alemán que hurga en las cicatrices del pasado del país para proponer un ejercicio de catarsis colectiva, en este caso a través del arte como forma de redención para los pecados propios y ajenos. Porque a este contexto claramente escabroso que el director Chris Kraus presenta hipócritamente bajo los ropajes de "realismo social" se le suma un elemento dramático muy propio de cierto cine norteamericano que aspira al consenso crítico: la joven protagonista es una marginada llena de tale