Clay Lomax (Gregory Peck), un ladrón profesional de bancos, sale de la cárcel tras cumplir una condena de siete años con un solo pensamiento en su cabeza: vengarse de Sam Foley (James Gregory), el socio que le traicionó años atrás y causante de su estancia entre rejas. Foley, que ahora es un ranchero con mucho dinero, contrata a tres sicarios para que maten a Lomax, anticipándose así a las intenciones del hombre al que traicionó. Los planes de Clay se verán un poco trastocados cuando tiene que hacerse cargo de una niña de seis años huérfana que ha perdido a su madre -a la que conocía personalmente-.