Cine hiperbólico
por Israel ParedesBaz Luhrmann sorprendió, primero, con 'El amor está en el aire', después con su imposible 'Romeo y Julieta', película tan excesiva como fallida, para, finalmente, dirigir 'Moulin Rouge', magnífica y discutible incursión en el musical del cineasta. Un gran éxito que ocasionó que Luhmann se lanzara a la realización de 'Australia', ambiciosa cinta de casi tres horas que narra la construcción del país (el de Luhmann) mediante una narración de aliento clásico que mira directamente a los western sobre pioneros norteamericanos para deconstruirlo y crear una obra muy personal, hiperbólica, nerviosa, de violentos movimientos de cámara, en la que la reconstrucción de una época se impone a los elementos narrativos de guion: Luhmann cree más en las imágenes que en las palabras, de ahí el cuidado de las primeras y el desastre narrativo que es 'Australia'. El cineasta australiano, es evidente, se deja llevar y en su ambición acaba naufragando con una película excesivamente larga, aburrida, con dos actores protagonistas que no lo dan todo, anímicos, como si no creyeran en lo que están haciendo. Y aunque Luhmann es capaz de crear una puesta en escena trepidante, falla en lo humano, algo que, en sus anteriores películas, había dejado claro: las formas humanas que pululan por ellas no son más que mero atrezzo para su barroca y ampulosa mirada hacia el mundo.
A favor: Que Luhmann es capaz de crear una puesta en escena que fascina...
En contra: ... que esa fascinación se termina pronto, dos horas y cuarenta y cinco minutos es mucho metraje para tanta nada...