Crítica de SensaCine.com para Thor: Mucho ruido y pocas nueces

Era el último de los superhéroes de Marvel que quedaba por explotar antes de que se reunieran todos en la película 'Los Vengadores'. Extraído de la mitología nórdica, el personaje de Thor tiene por fin su lugar en la pantalla, y alrededor de él se configura todo su particular universo: la galaxia de Asgard, la jerarquía monárquica que se establece ante la figura del patriarca, la rivalidad entre los dos hermanos antagónicos, el rudimentario sistema de valores basado en el honor, el culto a las servidumbres guerreras... No resulta extraño ante este denso panorama que se le encargara el proyecto a un director acostumbrado a adaptar libretos de Shakespeare, el irlandés Kenneth Branagh, que ha sido el responsable a la hora de dar forma y materializar los conflictos paterno-filiales sobre los que se sustenta una cinta en la que gravita un drama cargado de venganzas personales, envidias y luchas por el poder.

El resultado es una extraña mezcla entre fuerzas magnéticas que no terminan de encajar: por un lado la película está impregnada de una intensidad épica heroica demasiado concentrada y recalcitrante, por otro no cumple los mínimos exigibles en lo que se refiere a una cierta fluidez argumental y a una facilidad para desarrollar la acción, como toda buena película de superhéroes que se precie. Demasiado opaca, sin el suficiente carácter, lenta y poco productiva en lo que se refiere a su desarrollo narrativo, y recubierta de una estética ochentera de bastante mal gusto que termina siendo una auténtica horterada. Una de las peores películas de la factoría Marvel

A favor: Tom Hiddleston, un buen actor inglés metido aquí en un buen lío interpretativo.

En contra: El escaso carisma del Chris Hemsworth. La nula química entre la pareja protagonista.