Jean-René (Benoît Poelvoorde, 'Ocurrió cerca de su casa', 'Nada que declarar'), es el patrono de una fábrica de chocolate. Angélica (Isabelle Carré, 'Mi refugio', 'Asuntos privados en lugares públicos') es una de sus mejores chocolateras. Ambos están solos y a ambos les gustaría encontrar el amor. El chocolate, su pasió común, empezará por acercarles, enamorándose el uno del otro sin atreverse a decírselo. Por desgracia, sus respectivas timideces enfermizas les alejarán sin remedio. Poco a poco superarán su falta de confianza, aunque ello suponga dejar al descubierto sus sentimientos.
Jean-Pierre Améris ('La vida (C'est la vie)), dirige esta comedia romántica atemporal con un cierto aroma al cine de los sesenta y setenta en la que la dulzura de los sentimientos se encuentra en consonancia con ese leit motif en que se convierte el chocolate, un dulce que se come cuando uno está contento y también para ahogar las penas cuando se está triste.
La Crítica de SensaCine
3,0
Entretenida
Tímidos anónimos
La vida es como una caja de bombones
por Gonzalo de Pedro
La culpa de todo la tiene Jean-Pierre Jeunet, podrían cantar hoy, año 2011, los
madrileños Def con Dos. El responsable de 'Amélie' (2001) supo ver en el inconsciente colectivo un ánimo propicio para su estética mágico- realista de nostalgia futurista, que convierte el presente en un pasado continuo. Su poesía del sentimiento popular y la emoción para todos, y la posibilidad de soñar y convertir las calles de las ciudades en escenarios de cuento, llegadas en el comienzo de un siglo que
se aventuraba incierto, no solo arrasaron, sino que han terminado por convertirse en un lugar común de cierta comedia romántica, que vuelve periódicamente a esa estética de facsimil de cómic amarilleado en laboratorio.
El último en hacerlo ha sido Jean-Pierre Améris, con su comedia 'Tímidos anónimos', que en España se estrena casi con dos años de retraso. La historia de amor entre dos tímidos que trab...
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2,5
Publicada el 1 de noviembre de 2011
Comedia romántica un poco tonta o simplona, pero que se deja ver y presenta algún que otro golpe simpático, basada en la timidez de algunas personas y las cosas que se llegan a realizar por tal motivo, pudiendo dar la vuelta totalmente a los acontecimientos frente a lo que realmente pretendían.
Tomando como nexo de unión, a parte de la timidez, el chocolate, al cual se le da gran importancia en la cinta y hay momentos en que realmente te ...
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jfernaro
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3,0
Publicada el 19 de marzo de 2015
Comedia romántica de una chocolatera que te dejará un buen sabor de boca y ganas de comprar bombones.
Alvaro Martinez
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3,5
Publicada el 29 de octubre de 2011
Hacía mucho tiempo que no había visto una buena película con Benoit Poelvoorde, es agradable encontrarlo en esta buena comedia romántica. Los personajes son terriblemente "lindos" y chocantes a lo largo de la película, y sin la dificultad que tiene la suficiente empatía con ellos, el buen comportamiento de Benoît Poelvoorde y Carré Isabelle ayuda. Los primeros treinta minutos de la película son sabrosos, y las situaciones que causan ...
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Luis Gonzalez
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2,5
Publicada el 31 de octubre de 2011
Los tímidos anónimos trata acerca de un tema, es cierto, original, pero en realidad no dispone de un guión muy brillante. Si ciertos pasajes de la película provocan algunas risas francas, no podemos decir que ésto ocurra con regularidad. Al final, todo esto da a luz a una comedia ordinaria que tenía el potencial para ser mucho mejor.
La película ha sido rodada en parte en Bélgica, el país del chocolate. Ambos personajes se encuentran reunidos alrededor de una chocolatería (Benoît Poelvoorde es el gerente), pero lejos de ser este delicioso postre un detalle anodino, se convierte en el leit motif de la historia.
Los colores de la película
Para potenciar el aspecto de cuento de hadas y que su estética homenajeara a los años cincuenta, el director pidió a su director de fotografía que potenciara los colores cálidos, en especial el verde y el rojo.
Una comedia romántica
La película repite algunos esquemas propios de la comedia romántica. Sin embargo, todos los lugares comunes darán lugar a las escenas más divertidas, dando paso el humor a la emoción. El realizador reconoce haberse interesado por esos personajes que a menudo permanecen en la sombra, modestos y humildes, que también tienen derecho a vivir sus propias grandes o pequeñas aventuras.