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    El juicio de los 7 de Chicago
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    El juicio de los 7 de Chicago

    Un mejorable alegato político-fílmico enmascarado como 'thriller'

    por Alejandro G.Calvo

    El Juicio de los 7 de Chicago es parte de la gran oleada de películas basadas en hechos reales que se han colado en Hollywwod este año. Hasta tal punto que tres de las siete películas nominadas al Oscar a mejor película están basadas en hechos reales -si entendemos que todo lo que cuenta Fincher en Mank es cierto.

    Hay que decir que El Juicio de los 7 de Chicago era un proyecto muy antiguo. Es uno de los proyectos malditos de Hollywood porque llevan 30 años intentado llevarlo a la gran pantalla. Quien estuvo casi a las puertas de hacerlo fue Steven Spielberg y quería a Heath Ledger en el papel de Eddie Redmayne en la película.

    El reparto de Los 7 de Chicago es apabullante: Sacha Baron CohenJoseph Gordon-Levitt, Redmayne, John Carroll Lynch, Jeremy Strong, Alex Sharp, entre otros. Yo lo veo como la gran película de Hollywood de 2020 en cuanto a niveles mainstream. Una peli que es importante pero vamos a hacerlo suave para que llegue a todo el mundo. De ahí que sea una película no tan afilada como otros trabajos de Sorkin, aunque se ve de maravilla y es muy chula. 

    Aaron Sokin (en el altar de la TV desde que creara El ala oeste de la Casablanca) se centra en el juicio contra los conocidos como “7 de Chicago” (que eran 8, en realidad): los jóvenes, de distintas ramas del activismo, que fueron detenidos en las manifestaciones del 68 en Chicago, donde el Partido Demócrata celebraba su convención nacional.

    Detrás de este alegato político-fílmico enmascarado en forma de thriller judicial está la mano del mejor guionista que director, el gran Aaron Sorkin, y se nota. Si bien la cinta tiene ciertas arritmias narrativas, especialmente cuando conduce distintas acciones en paralelo, estas se compensan por las habituales ráfagas de diálogos brillantes made-in-Sorkin y por sus contundentes golpes de efecto argumentales.

    Es una cinta de cine político porque lo que está haciendo Sorkin en todo momento es trazar un paralelismo con los movimientos activistas de los años 60-70 y los está rimando con el ahora. Sorkin parece estar diciendo que hay que quejarse cuando las cosas van mal de una forma implícita. 

    Me parece genial que nominen a los Oscar a un punk como Baron Cohen, pero tanto Mark Rylance como Frank Langella se lo merecían más que él.

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