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    Feliz día de tu muerte
    Críticas
    3,5
    Buena
    Feliz día de tu muerte

    El rostro del bebé

    por Alberto Corona

    De entre todos los desbarajustes temporales que puedan darse en una película, probablemente el más sencillo de recrear, y más agradecido, es el de obligar a los personajes a revivir un mismo momento de forma indefinida. Cuando se estrenó Atrapado en el tiempo en 1993, dicho film parecía haber dado con una fórmula única, poco susceptible de ser reformulada sin rozar el plagio; era dificilísimo no caer en problemas de ritmo sino eras Atrapado en el tiempo, y ni siquiera Atrapado en el tiempo se había conseguido librar totalmente de ellos. La cosa pintaba mal, pero al mismo tiempo tenía un potencial demasiado jugoso, que Feliz día de tu muerte pretende administrar sin temor alguno. 

    En ese sentido, no debemos tachar de perezosos a los guionistas Scott Lobdell y Christopher Landon quien, después de vincularse durante años con la saga Paranormal Activity, aquí se encarga también de dirigir funcionalmente. El secreto, como demostraron posteriormente films tales como Código Fuente o Al filo del mañana, estriba en llevar estos mecanismos a un género concreto, que sepa asimilarlos y ofrecer un producto más o menos novedoso. Duncan Jones y Doug Liman atinaron al mezclar ‘thriller’ y ciencia ficción, pero Landon y Lobdell no se han podido limitar a llevárselo al campo del terror. Feliz día de tu muerte tiene un poco de todo, y aunque no todo está bien, es el estimulante entretenimiento que es gracias a esta alocada ambición. 

    Tree (Jessica Rothe, desbordando un carisma insospechado) es una universitaria asidua a fraternidades y excesos alcohólicos que, el mismo día de su cumpleaños, es asesinada. O eso parece. Una milésima de segundo después, despierta en la misma cama que la amaneció el día anterior, y vuelve a ser su cumpleaños, y ahora sabe lo que ocurrirá. Así pues, ayudada esporádicamente por Carter (Israel Broussard), tratará de resolver su propio asesinato y, justo cuando empieza a desarrollar la investigación… veremos que los guionistas no están demasiado interesados en ella. 

    Y es que Feliz día de tu muerte no quiere en ningún momento ser un ‘thriller’ de misterio, sino que prefiere regodearse en toscas set pièces de terror que sólo inquietarán mínimamente a quien no sea asiduo, y en darle vueltas a la idea de una final girl que no puede morir pese a no parar de hacerlo. No es para nada una decisión despreciable, y de hecho sólo puede llegar a molestar mediante la sucesión de giros —a cada cual más meh— del tercer acto, pero habrá a quien le escame esta juguetona intrascendencia, que encuentra su mejor símbolo en la careta de bebé del asesino. Una que ha llegado a focalizar carteles porque sí que da algo de cague, pero una cuya sonrisa también transmite un elocuente “A mí no me vengáis con movidas”. 

    Así sucede que Feliz día de tu muerte funciona en todo momento, qué le vamos a hacer, gracias tanto a una mezcla de géneros equilibradísima —la propia de elementos diseñados para no funcionar jamás por sí solos—, como a un castillo de fuegos artificiales que casi nunca dejan ver las costuras. El momento en el que no lo consiguen, por lo demás, es el mismo momento en el que descubrimos que la identidad del asesino nunca nos importó un carajo. 

    A favor: Quien no se divierta es porque no quiere. 

    En contra: Unos cansinísimos efectos de sonido fortaleciendo los sustos.

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