Crítica de SensaCine.com para Waterworld: Apocalipsis acuática

En 1994 Kevin Costner ostentaba una de las mejores posiciones del momento en Hollywood. Había arrasado con 'Bailando con lobos' y, después, su rostro había aparecido en películas como 'Robin Hood, príncipe de los ladrones', 'J.F.K.: Caso abierto' o 'El guardaespaldas'. Pero en ese año todo cambia con 'The War' y 'Wyatt Earp', sendos fracasos tanto de crítica como de público. Para recuperarse, al menos en su imagen actoral, Costner acepta trabajar nuevamente con Kevin Reynolds en 'Waterworld', una megaproducción que fue en su momento la película más cara de la historia del cine. El resultado fue que Costner volvió a dar de que hablar, pero no en el sentido en que él hubiera deseado (y, poco después, cuando dirija y protagonice 'Mensajero de futuro', la cosa irá a peor).

'Waterworld' tiene, como la gran mayoría de las superproducciones de su corte, un planteamiento más o menos con posibilidades al que no se le sabe sacar partido alguno. El mundo acuático post-apocalíptico funciona, aunque tampoco resulta demasiado imaginativo: más o menos es como el de 'Mad Max', pero sin arena, y si los villanos de esta eran realmente inquietantes, mientras que los de la película de Reynolds resultan grotescos e insultantes (por ser tan caricaturescos). Por su parte, Costner parece estar tan perdido como su personaje en una película que se pretendía que hiciera historia por sus logros y acabó haciéndolo por sus deméritos, cayendo finalmente en el olvido.

A favor: Las secuencias acuáticas, pues se comprenden complicadas de rodar.

En contra: Que la película es una sucesión de tópicos apocalípticos sin interés.