Joe Wright, director de la muy buena película "El solista" cambia completamente de registro con "Hanna", filme de acción estilizado y humanizado centrado en Saoirse (como se pronuncia) Ronan. Desde las primeras imágenes, la puesta en escena, la fotografía y los planos completan la presentación de Hanna, esta niña de belleza fantasmagórica y fría. Ella y su padre están en alguna parte, sobreviviendo en un desierto de hielo. Joe Wright saca provecho de una introducción inteligente para suscitar el interés, haciendo nacer preguntas sobre este personaje inmediatamente fascinante. Y una vez que el velo se levantará sobre el "estoy lista" que repite Hanna a su padre, lo que viene enseguida solo serán carreras de búsquedas en un mundo desconocido. Es en este marco que la película continúa dibujando su fuerza, en un juego interminable entre el implacable asesino sin piedad y la joven virgen de experiencias. Saoirse Ronan tiene una magnífica dualidad entre su inocencia, su incredulidad de la vida y su dureza. Cate Blanchett actua bien su papel de villana, una castaña neurótica. Las escenas de acción resaltadas por la muy buena banda original de Chemical Brothers quitan el aliento y los combates son llamativos. Las partes un poco más "humanas" permiten dar un mayor relieve al conjunto y se integran perfectamente a la historia, ofreciendo a veces al espectador la ocasión de sonreir y de respirar un poco. El único incidente, el final, demasiado exagerado para mi gusto lo que viene a sabotear todos los esfuerzos hechos durante casi 2 horas, abandonándonos brutalmente después de habernos finalmente dado todas las respuestas que merecían un mejor trato. "Hanna" es entonces una película que vale la pena ver por su originalidad del tema, por tanto ya bien explotado en el cine y, su actriz principal, simplemente impresionante.