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    Lo contrario al amor
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Lo contrario al amor

    ... es el aburrimiento

    por Eulàlia Iglesias

    Resulta curioso que el cortometraje más conocido de Vicente Villanueva se titule 'El futuro está en el porno', porque el argumento y el cartel de su primer largo parecen sacados de una película X. Una atractiva masajista liga con tres bomberos cañón que la rescatan de un ascensor, y queda con cada uno de ellos una noche diferente del fin de semana. Pero poco sexo explícito se ve en esta comedia romántica que no aporta nada nuevo al género más allá del contexto apagafuegos tan propicio para los chistes fáciles.

    Lo contrario al amor sigue de cabo a rabo todas las convenciones del esquema chico conoce a chica-chico pierde a chica-chico recupera a chica. Los dos protagonistas, encarnados por los televisivos Adriana Ugarte y Hugo Silva, se presentan como los típicos polos opuestos que se atraen: ella es una neohippy vegetariana, abstemia y zen mientras que él, un chico duro pero con un trauma que lo humaniza, adora fumar y beber. Por supuesto su relación se desarrolla a través del típico estira-y-afloja lleno de confusiones, del ahora te dejo ahora vuelvo contigo, repetido más allá de lo necesario. Villanueva entrelaza esta historia con otras dos secundarias: la de la pareja de amigos de Silva, donde saca punta al narcisismo homoerótico de los bomberos hasta que se encuentra que no sabe cómo solucionar la situación creada y la termina a lo bruto; y la de la hermana de ella, tópico retrato de la famosilla venida a menos.

    El problema de 'Lo contrario al amor' no radica (solamente) en su falta de originalidad o en lo burdo de los personajes ("pertenecemos a mundos opuestos: no recicla" llega a afirmar ella en el típico montaje paralelo en que ambos explican qué no soportan del otro), ni tan siquiera en que juegue otra vez a la confusión de "por qué le llaman sexo cuando quieren decir amor". Lo que acaba matando la película es lo mismo que también termina con el amor: el aburrimiento.

    A favor: Adriana Ugarte, una actriz que nos gusta mucho más cuando la dirige Salvador García Ruiz o Santi Amodeo.

    En contra: El personaje de la hermana de la protagonista, burda caricatura de los pseudofamosos mediáticos de tres al cuarto tipically spanish.

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