Léo tiene 12 años y con esta edad la aprobación de uno mismo es aún una tarea pendiente y ardua. Es de entender pues que cuando su madre le comunica que van a pasar una semana en un camping nudista, el joven se eche las manos a la cabeza. Aunque lo intenta, Léo no puede evitar la estancia y acompaña a su madre al lugar de vacaciones. Una vez allí y contrariamente a todo el mundo, el muchacho se empeñará en vestir ropa de más, de una forma inusual incluso para la ciudad en pleno invierno. Pasan los días y Léo se acostumbra a verse rodeado de mayores y pequeños desnudos que actúan con toda naturalidad. Poco a poco le cuesta menos salir de la ducha pública y sin querer se sorprende realizando algunas tareas sin ropa. El pudor acaba por irse del todo cuando conoce a Antoinette, una chica que también pasa los días en el camping y que a diferencia de Léo parece estar más acostumbrada a mostrarse desnuda. Ambos se hacen muy amigos y disfrutan de su mutua compañía. La chica afirma que tiene novio, pero Léo sabe que lo que sienten el uno por el otro es poco frecuente.