la nostalgia pega más fuerte que la objetividad técnica.
durante años, 'mamá' fue una de mis películas de terror favoritas. siempre me cautivó su atmósfera, esa sensación de cuento oscuro que envuelve toda la historia y, sobre todo, la figura inquietante que representa a la “madre”.
sin embargo, al verla hoy, resulta evidente que el paso del tiempo no le ha sentado bien, especialmente en el apartado visual. los efectos digitales, que en su momento impactaban, ahora se sienten artificiales y evidentes, lo que resta fuerza a las escenas más intensas. aun así, el diseño de la criatura mantiene su magnetismo: sigue siendo una presencia perturbadora y muy bien concebida.
en lo narrativo, 'mamá' conserva su capacidad para emocionar. la historia está contada con sensibilidad y los personajes, aunque simples, funcionan. las dos niñas destacan por su naturalidad, en especial isabelle nélisse, que ofrece una interpretación sorprendentemente convincente para su edad. el resto del elenco cumple, aunque en conjunto el film desprende un ligero aire de serie b que contrasta con sus ambiciones estéticas.
hay detalles que rompen la credibilidad, pequeños momentos donde el guion o la puesta en escena se sienten forzados, pero el conjunto se sostiene gracias a su atmósfera y a la excelente dirección sonora. el ruido característico de "mamá", grave y espectral, sigue siendo uno de los elementos más memorables y eficaces del film.
a día de hoy, me sigue gustando más por nostalgia que por méritos técnicos. es una película a la que le tengo cariño, quizá porque, pese a sus defectos, logra transmitir una mezcla de ternura y terror poco habitual. he llegado a pensar que un remake podría darle nueva vida, pero también temo que perdería la esencia que la hace especial.
el final continúa pareciéndome tan triste como seco, un cierre abrupto que deja la historia suspendida en el aire. aun así, ese desenlace contribuye a su tono melancólico, como si la película quisiera desaparecer del todo, igual que su espectro.
en definitiva, 'mamá' es una obra imperfecta pero con alma, un relato gótico moderno que combina el miedo con la emoción, y que, pese a haber envejecido, sigue dejando una huella difícil de borrar.