Aterriza en la cartelera ‘Jobs’, biopic más o menos fiel de la vida y milagros del creador de Apple Computers y de esos cacharritos que algunos llevamos hasta el cuarto de baño: los iPhone. Bueno Steve Jobs fue mucho más que eso. Un genio para algunos, un visionario, obtuvo reconocimiento en vida, no como Van Gogh o Julio Verne, él perseguía un sueño, un ideal y alcanzó el Olimpo en la Tierra, pero, ¿creéis que lo consiguió? Esta película engrosa la lista de homenajes cinematográficos de estrellas mediáticas (especialmente para los americanos), género al que acostumbra a asomarse el cine de Hollywood muy a menudo. Es un título empujado a estrellarse, antes ya de su estreno. La crítica lo iba a machacar, fuese como fuese. La época en la que llega a los cines tal vez no fuese la más acertada y la cercanía con la muerte del mencionado, no ayudan a que separemos personaje real, de interpretación fílmica. Imagino a Ashton Kutcher levantando el teléfono y escuchando: – “Quieres hacer el papel de tu vida?”, – “Claro, que tengo que hacer?”, – “Serás Jobs”. “No sé si estaré preparado”, diría él. O, “Qué casualidad, ahora que interpreto a un billonario fruto de las nuevas tecnologías”, tal vez. -”Da igual, te pareces un huevo”, le dijeron. – “Entonces vale…”. No esperéis más, hoygan, que soy el de ‘Colega, ¿dónde está mi coche?’. El desarrollo se hace un poco lento, demasiado sostenido, con la eterna sensación de que nunca va a pasar nada. Eso es muy negativo en un film de este tipo. Tiene algo de ritmo al principio, entre salto y salto, no sólo narrativo sino en la psicología del personaje. Pero poco más. Por desgracia, todo lo bueno ocurre en los primeros 40 minutos. El resto del metraje nos dejará una sensación de superficial planeo por los grandes éxitos de Jobs, sin profundizar en motivaciones y anhelos, jugándoselo todo a la carta del desvarío de un iluminado. Poco realista si a trompicones, también nos quiere encajar con calzador su faceta más materialista y encontrada con sus valores primigenios. Le falta un poco de fuerza y pulso, incluso cuando nos muestra el lado más oscuro del fundador de Apple. No llega traspasar nunca la barrera del puritanismo de homenaje y eso nos deja fríos. //// Podéis leer el resto de nuestra reseña en el blog...